La Habana. Para el cubano común, la experiencia económica china es sinónimo de éxito Todos los días, a primera hora de la mañana, un cubano medio sale en busca de un transporte con el que desplazarse a su centro de trabajo. El autobús que llega a la parada es, normalmente, un Yutong, de fabricación china. De vuelta a casa, abrirá el refrigerador Haier -también chino-, tomará algo para merendar, y se sentará ante el televisor Panda -¿hace falta decir de
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