El presidente venezolano Chávez se enfrenta a la Iglesia

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El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, que en sus tres años de gestión ha chocado con empresarios, sindicatos, partidos políticos y medios de comunicación, ha acentuado ahora sus críticas contra los obispos católicos, a los que acusa de ser «opositores del gobierno». Los obispos decidieron no acudir a un encuentro que la Iglesia había solicitado con el presidente.

La fase más aguda de este enfrentamiento comenzó el 24 de enero cuando Chávez replicó desmedidamente al discurso del Nuncio Apostólico, Mons. André Dupuy, quien, como decano del cuerpo diplomático, le advirtió sobre las preocupaciones que suscita en el exterior la radicalización de su gobierno. Después, en su programa televisivo y radiofónico semanal «Aló, Presidente», Chávez -quien dice ser católico practicante- afirmó que la cúpula de la Iglesia era un «tumor» para el país y que los obispos «no andan por el camino de Dios». Chávez acusó al arzobispo de Caracas, y a otros obispos, de ser miembros de la creciente oposición política. «Es usted, cardenal Velasco, el que está asumiendo posiciones políticas. Hágase una revisión de su conciencia, vaya y párese delante de Dios y rece un poco un Padre Nuestro, o veinte Padre Nuestros y veinte Ave Marías», dijo Chávez.

Ante estas críticas, los obispos anularon el encuentro con Chávez, que ellos mismos habían solicitado. La Conferencia Episcopal señaló en un comunicado que las expresiones denigratorias que les había dirigido Chávez eran inadmisibles y que después de estos gestos hostiles declinaban la invitación presidencial, porque no se daban las condiciones para el diálogo. Por su parte, Chávez rechazó rotundamente las críticas de Velasco y otros obispos sobre una misa que había tenido lugar, con presencia del líder venezolano y de algunos sacerdotes católicos, que manifestaron su apoyo a las políticas sociales de Chávez. El cardenal dijo que la misa había sido políticamente manipulada.

Como consecuencia de los ataques, pintadas y pega de carteles denigratorios en diversos templos católicos del país, la Dirección de Orden Público de la capital ha decretado el refuerzo de la seguridad en torno a las distintas iglesias, templos y oratorios ubicados en el casco urbano de Caracas. La decisión se tomó tras las denuncias de los párrocos de varias iglesias, que recibieron llamadas telefónicas amenazándoles de muerte.

La policía presume que los autores de las llamadas sean los mismos que en los últimos días han rayado y pintado las paredes de los templos, colocando carteles que acusan a los sacerdotes de «fariseos e hipócritas» por haber respaldado las críticas del episcopado al autoritarismo del Presidente Chávez. El metro de Caracas amaneció lleno de carteles semejantes, tras conocerse la negativa de los obispos a acudir a la cita prevista con el presidente Chávez.

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