La crisis económica no ha frenado la venta de libros para niños y jóvenes, que suponen ya un 10% del sector editorial en España, como muestra un reciente informe. Vampiros y otros seres fantásticos tienen mucho que ver con esto.

En el último año, la literatura infantil y juvenil ha aumentado su volumen de ventas en España un 11,4%, dato que demuestra, como ya sucedió el año pasado, que este sector está soportando bastante bien la crisis económica. La facturación ha alcanzado ya los 327 millones de euros. Estos datos aparecen en el Anuario sobre el libro infantil y juvenil 2010, que publica la editorial SM y que ofrece una actualizada radiografía sobre este sector editorial, muy implantado en España y con mucha presencia en el mercado latinoamericano. En esta ocasión, se incluye además un capítulo, elaborado por el Departamento de Investigación de Mercados del Grupo SM, en el que se analiza la posible incidencia del libro electrónico entre los jóvenes lectores. Como en ediciones anteriores, también se ofrece un balance de la literatura infantil y juvenil en catalán, euskera y gallego, así como del desarrollo en Latinoamérica. Como ya es habitual, Victoria Fernández, directora de la revista Cuadernos de Literatura Infantil y Juvenil, analiza las tendencias y modas más destacadas en el último año. La literatura infantil y juvenil supone ya el 10% de toda la industria editorial, cifra que demuestra su solidez y pujanza. En los últimos cinco años, su facturación ha aumentado un 20%. También ha subido un 11,2% el número de títulos editados. La oportunidad del libro electrónico En esta ocasión, el Anuario dedica un capítulo a abordar las posibilidades que tiene el libro electrónico para acercar la lectura a los adolescentes. Las estadísticas confirman que la franja de los 10 a los 13 años es la que más lee, con un 91,2% de lectores habituales, proporción que desciende significativamente al 70,5% entre los jóvenes de 14 a 24 años. Es en estos años críticos cuando la lectura comienza a perder su interés para los jóvenes, que prefieren otros medios de diversión y que, además, desprecian el soporte tradicional de los libros porque ya suelen estar enganchados a las nuevas tecnologías. Como se dice en el Anuario, “son la generación multipantalla, y lo más habitual en su día a día es realizar actividades simultáneas en un mismo espacio y tiempo. Una generación cercana a las nuevas tecnologías y a todo tipo de dispositivos electrónicos, por muy innovadores que parezcan”. Para los autores de este capítulo, “en términos generales, la aparición del libro electrónico en el escenario editorial puede suponer una oportunidad razonable para extender el hábito lector a aquellas poblaciones más reticentes o alejadas de la lectura”. En primer lugar, introduce la lectura en el ámbito tecnológico al que los adolescentes son muy aficionados. Así, “la lectura formaría parte de este ‘afán-pasión por lo tecnológico’ de los jóvenes actuales, grandes demandantes de nuevos soportes electrónicos”. El libro digital, además, aleja la experiencia de leer del ámbito escolar y la asocia al del ocio. Los autores concluyen que “los libros y el mero hecho de leer no pueden dejar pasar esta oportunidad de acercarse, casi de modo empático, a estos jóvenes tecnológicos. Los libros electrónicos deben formar parte, al igual que el ordenador, la consola o el mp3, del ocio activo de los jóvenes”. Este pronóstico de los autores del Anuario parece, sin embargo, bastante incierto. Otro especialista en literatura infantil y juvenil, Luis Daniel González, no cree que los libros en soporte digital inciten a leer a quienes no lo hacen, ni que los textos puedan captar el interés del usuario poco aficionado a la lectura si han de competir con música, vídeos o Internet accesibles por medio del mismo aparato (cfr. Aceprensa, 24-03-2010). El éxito de la fantasy Victoria Fernández es la autora del artículo “Producción abundante, propuestas interesantes y euforia mediática”, dedicado a analizar las características más sobresalientes de la literatura infantil y juvenil. La autora analiza el impresionante impacto de las novelas de la saga Crepúsculo [cfr. Aceprensa, 3-12-2008], de la escritora norteamericana Stephanie Meyer, que, como viene siendo habitual en casos semejantes, cuenta ya con una exitosa versión cinematográfica. Este libro ha puesto de moda el género fantasy, aunque se trata de una curiosa mezcla que tiene también muchos ingredientes de la novela romántica, uno de los géneros preferidos por las lectoras más jóvenes. Para Fernández, “Los vampiros de Meyer han teñido de un peculiar tono ‘oscuro’ al fantasy habitual. Menos épico y más romántico, con la muerte y el más allá como telón de fondo, el género, que sigue ocupando el primer lugar entre las preferencias de los lectores, se ha llenado de espíritus que conviven con los mortales, zombis, hombres-lobo, esqueletos ‘vivos’ [cfr. Aceprensa, 14-07-2009], fenómenos paranormales... y ha ampliado el abanico de lectores a todas las edades”. El éxito de esta saga ha propiciado una cadena de sucedáneos que combinan los mismos temas e ingredientes, con previsibles variaciones. Entre los más exitosos está la serie Ghostgirl (Alfaguara). Entre los 8 a los 13 años, los libros más leídos son los de Geronimo Stilton(Destino), imparable fenómeno editorial con unas historias protagonizadas por este divertido ratón.

Sangre fresca para el libro infantil y juvenil con los vampiros

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