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La violencia contra mujeres es más frecuente en parejas no casadas

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En España, un número desproporcionado de malos tratos a mujeres son obra de los compañeros o ex compañeros, según los últimos datos publicados por el Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género, del Consejo General del Poder Judicial. Esto concuerda con investigaciones en otros países, donde también se ha comprobado que la violencia contra la mujer es más frecuente en uniones de hecho que en matrimonios (ver Aceprensa 101/02).

Una estadística dada a conocer por el Observatorio a finales de diciembre pasado se refiere a los casos de maltrato a mujeres llegados a los tribunales durante el segundo trimestre de 2006. La distribución de los agresores por el tipo de relación con la víctima se hace con respecto al total de órdenes de protección incoadas en el periodo. Una orden de protección es una medida cautelar que puede tomar el juez, por ejemplo para prohibir al denunciado por malos tratos que se acerque a la víctima. Los jueces conceden la mayoría de las órdenes que se incoan.

Resulta, pues, que en el periodo considerado, el 35,6% de las órdenes de protección se dictaron contra el marido; el 30,2%, contra el compañero; el 21,8%, contra el ex compañero, y el 12,4%, contra el ex marido. Los porcentajes son semejantes a los registrados en periodos anteriores.

Como en España el 94% de las parejas están casadas, según el censo de 2001 (ver Aceprensa 105/04), es significativo que entre los denunciados por malos tratos, los compañeros estén a tan poca distancia de los maridos. Si la violencia contra la mujer (también llamada «de género») fuera tan frecuente en los matrimonios como en las parejas de hecho, entre los agresores tendría que haber una proporción de maridos 15 veces mayor que la de compañeros. En cambio, la frecuencia de malos tratos es unas 13 veces mayor en las parejas de hecho que en los matrimonios.

Llama la atención, por otra parte, la elevada proporción de ex compañeros: más de dos tercios de la correspondiente a la de compañeros. En cambio, la de cónyuges casi triplica la de ex maridos. Esto puede indicar que la ruptura de una pareja de hecho es más conflictiva, contra lo que podría parecer. Cualquiera que sea la razón, el hecho es que la mayoría de los casos (52%) corresponde a parejas de hecho, vivas o rotas.

Casos de homicidio

Otra estadística que el Observatorio publicó a finales del mes pasado muestra resultados semejantes. Se trata de los datos sobre homicidios en casos de violencia de género y también doméstica: incluidos, por tanto, aquellos en que la víctima era varón.

En 2005, año de los datos más recientes, murieron a manos de sus parejas o ex parejas 59 personas, 52 de ellas mujeres; en la mayoría de los casos, la relación entre víctima y agresor era o había sido de hecho. Los cónyuges (la estadística no distingue los sexos en cada categoría) cometieron 21 de los 59 homicidios, y las parejas de hecho sólo tres menos. Entre los «ex» predominan los de hecho, con 8 homicidios frente a 2 de ex cónyuges. Los 10 casos restantes corresponden a noviazgos vigentes (7) o rotos (3).

A principios del nuevo año, la Delegación Especial del Gobierno contra la Violencia sobre la Mujer publicó que en 2006 murieron en España 68 mujeres a manos de sus parejas o ex parejas. El recuento dio pie a que se comentara con preocupación el considerable aumento con respecto a 2005. Pero sería más exacto decir que en 2005 hubo un notable descenso, ya que en 2004 se registraron 69 muertes, y 65 en 2003, según el Observatorio. En realidad, tales oscilaciones de unos números por debajo del centenar probablemente no responden a ninguna tendencia general, pues suponen unas variaciones insignificantes de la tasa de homicidios en relación con el total de mujeres.

El Observatorio también ha publicado la estadística de casos judiciales sobre violencia doméstica durante el primer año de vigencia de la Ley Integral contra la Violencia de Género (julio 2005-junio 2006). Esta ley, que aumentó las penas y creó juzgados especiales para recibir las denuncias, ha tenido por efecto un notable aumento de las condenas. Antes eran absueltos dos de cada tres procesados por violencia doméstica; ahora se condena al 72%.

En resumen, en el primer año de aplicación de la nueva ley, llegaron a los juzgados 146.780 casos, de los que se desestimaron 25.220, el 17,2%. De los admitidos, a finales de junio pasado 64.660 seguían en fase de instrucción, 16.108 estaban instruidos y pendientes de juicio, y 40.792 se habían concluido. De estos, 29.356 (el 71,9%) terminaron en condena del acusado.

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