Suecia aprueba la adopción de niños por parte de parejas homosexuales

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Suecia ha sido el segundo país europeo, tras Holanda, que aprueba que las parejas homosexuales puedan adoptar niños. La ley aprobada por mayoría amplia (con oposición tan solo del partido democristiano) se ha hecho sin tener en cuenta los informes de expertos en adopción, que expresaban serias objeciones.

La ley incluye la posibilidad de que un miembro de la pareja adopte los hijos que tenga el otro. Los adoptantes pueden ser parejas registradas o, simplemente, homosexuales que viven juntos. También permite la adopción de niños extranjeros. Esto obligará a Suecia a retirarse de la Convención de La Haya sobre Protección del Niño y Adopción Internacional (1967), que no incluye este tipo de padres adoptivos. Holanda salvó este escollo limitando la adopción a niños holandeses. Pero de las mil adopciones que se producen al año en Suecia, solo entre 10 y 20 son de niños nacionales, con lo que de limitarse a estos, el cambio legal apenas tendría efectos prácticos. Sin embargo, la retirada de la Convención de La Haya no parece que vaya a facilitar a los suecos la adopción internacional.

En el debate previo a la adopción de la ley, diversos expertos manifestaron su preocupación por los efectos perjudiciales que puede tener para los niños ser adoptados por parejas homosexuales.

En un artículo publicado en Svenska Dagbladet (13-III-2002), Ulla Fredriksson (ex directora del Consejo de Estado para cuestiones internacionales de adopción), Torgny Gustavsson (médico psiquiatra de niños y jóvenes), Margaret Henningsson (socióloga de organizaciones de adopción) y Börje Svensonn (psicoterapeuta), manifestaban que la propuesta del gobierno se basaba más en razones ideológicas que en datos científicos sobre lo que resulta más conveniente para los niños. Estos expertos no dudan que los homosexuales puedan dar el cariño que los niños despiertan en la mayoría de la gente. El problema está en si este es el tipo de familia más conveniente para los niños.

Según estos expertos, el gobierno comete una imprudencia, al trastocar un factor tan fundamental de la educación, sin estar avalado por estudios científicos serios. Dos estudios clínicos suecos realizados en los años 80 sobre las adopciones internacionales muestran que la proporción de niños con problemas psíquicos era el doble de los niños de la misma edad en el conjunto de la población; un tercio de ellos han estado internados en clínicas psiquiátricas; el riesgo de suicidio -razón por la que estuvieron internados- y el hecho consumado es entre tres y cuatro veces mayor que en los demás. Muchos de los niños tienen una psicología débil y problemas de adaptación; la mayoría ha perdido al menos uno de sus padres biológicos. Se trata, pues, de una población de riesgo, a la que hay que facilitar la adaptación, y al mismo tiempo no crearle problemas suplementarios.

Los autores del artículo, que han trabajado como expertos en el Comité «Niños en familias de homosexuales», afirman que las investigaciones que hizo el comité muestran que los niños en estas familias tienen especiales problemas de relación, y se muestran socialmente más reservados que el resto de los niños. Estos resultados muestran que los niños adoptados por parejas de homosexuales encontrarán mayores dificultades. Pero el Comité ha decidido no hacer caso de estos datos o presentarlos de otro modo.

Ante la provisionalidad de las investigaciones disponibles, estos expertos consideran que debe aplicarse el principio de precaución, sin hacer experimentos con niños vulnerables. En esta cuestión, dicen, lo prioritario son los intereses de los niños y no el de los adultos implicados, que saben hacerse oír.

Solicitud denegada en Francia

El interés del niño ha llevado también en estos días al Consejo de Estado francés a rechazar la demanda de una lesbiana que reclamaba la autorización para adoptar que le había sido negada por la autoridad administrativa. Ella alegaba que el rechazo constituía una discriminación por su orientación sexual. El Consejo de Estado, la más alta jurisdicción administrativa, lo niega. A su juicio, la autoridad administrativa no ha basado su decisión en una posición de principio sobre la orientación sexual de la demandante, sino que ha tenido en cuenta las necesidades y el interés del niño adoptado. En instancias inferiores se había rechazado la petición de la demandante porque, entre otras cosas, no podía ofrecer al niño un referente paterno. Y el interés del niño es tener un doble referente, paterno y materno.

Esta sentencia confirma la legislación francesa, que reserva la adopción y la procreación asistida para las parejas heterosexuales. Se inscribe también en la línea de una decisión del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, que el pasado 26 de febrero dio la razón a Francia contra un recurso presentado por un homosexual en otro caso de rechazo de adopción (cfr. servicio 33/02).

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