Profesores universitarios expresan reservas sobre el planteamiento de la Conferencia de Pekín

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Roma. Los temas que se discutirán en la próxima conferencia mundial sobre la mujer que se celebrará en Pekín han despertado el interés del mundo académico, como muestra un documento elaborado por cincuenta profesores de todas las universidades de Roma, estatales y privadas, que fue presentado al presidente de la República y a las demás autoridades institucionales y políticas del país.

Según explicaron los promotores, este documento («La cuestión femenina hoy») quiere ser una aportación universitaria de carácter interdisciplinar a un «debate que interesa a toda la sociedad». Este grupo de profesores elaboró un documento similar en 1994, con ocasión de la Conferencia de El Cairo sobre población y desarrollo.

Junto a un análisis antropológico, el texto plantea observaciones y objeciones al documento preparatorio de la Conferencia de Pekín y propone algunas sugerencias. Se hace notar, concretamente, cierta perplejidad por la sustitución de la palabra «sexo» (usada en otros documentos de la ONU) por la de «género», que deja la puerta abierta para el reconocimiento de la homosexualidad al mismo nivel que la masculinidad y feminidad.

Preocupa también la tendencia a reducir los problemas específicos de las mujeres incluyéndolos en una categoría más amplia de atentados contra los derechos humanos: algo que, aunque loable desde el punto de vista teórico, en la práctica podría llevar a reducir los programas dedicados específicamente a la mujer en el ámbito de Naciones Unidas.

Por lo que se refiere al plano político, los docentes subrayan que se advierte demasiada ambigüedad en torno a la exclusión del aborto como medio de planificación demográfica. Destacan también el hecho de que durante las sesiones preparatorias de la Conferencia de Pekín hayan sido excluidas como observadoras muchas organizaciones no gubernamentales (ONG) de países pobres, especialmente las que rechazan que los problemas del desarrollo se reduzcan al control de la natalidad. Según advierte el documento, durante la última reunión preparatoria, celebrada en Nueva York el pasado mes de abril, «el 90% de las doscientas ONG presentes del ámbito de la sanidad pertenecían a grupos europeos o norteamericanos como International Planned Parenthood, Family Care, etc., de clara orientación antinatalista».

El documento de los profesores de las universidades de Roma pide que se aclaren esos puntos confusos y, en definitiva, que se aborde el «problema femenino» superando el principio jurídico de la «no discriminación»: no basta, afirman, con no discriminar; es preciso promover, poner a todos en la situación de aquel que se encuentra en una situación mejor.

Diego Contreras

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