McCain responde al informe sobre los métodos de la CIA

Fuente: The New York Times
publicado
DURACIÓN LECTURA: 4min.

El informe del Comité del Senado de EE.UU. sobre los métodos de la CIA en la lucha contra el terrorismo ha provocado reacciones dispares entre los políticos americanos: unos admiten que se cometieron abusos, pero que los agentes hicieron lo que tenían que hacer para defender la seguridad de la nación, y que su labor fue útil; otros descalifican las torturas de la CIA como injustas e ineficaces. Una reacción de particular interés es la del ex candidato republicano a la presidencia John McCain, senador por Arizona, que probablemente es el único político relevante americano que sufrió la tortura, durante los cinco años que fue prisionero en Vietnam del Norte.

Desmarcándose de sus colegas republicanos, McCain defendió en su

Información poco útil

“Sé por experiencia personal –­afirma McCain– que los abusos a los prisioneros proporcionan información más mala que útil. Sé que las víctimas de la tortura ofrecerán a propósito información engañosa, si piensan que sus captores van a creerla. Sé que, con tal de evitar el sufrimiento, dirán lo que sus captores quieren que digan. Sobre todo, sé que el uso de la tortura compromete lo que más nos distingue de nuestros enemigos, nuestra creencia en que, toda persona, incluso los enemigos capturados, tiene derechos humanos básicos, que están protegidos por convenciones internacionales que los EE.UU. no solo ratificaron, sino que fueron autores en su mayoría”.

McCain reconoce que “en la guerra gente honesta cree sentirse obligada por buenas razones a hacer cosas que normalmente objetaría o rehuiría”. También comprende que los que aprobaron esos métodos –que McCain asimila a las torturas– y los que los utilizaron querían “garantizar justicia a las víctimas de los ataques terroristas y proteger a los americanos de daños futuros”. “Respeto su dedicación y comprendo su dilema. Pero niego de todo corazón que tuvieran derecho a usar dichos métodos, que como pone de manifiesto el informe, no sirvieron los intereses de la justicia ni los de nuestra seguridad ni los ideales por los que hemos sacrificado tanta sangre y tantos recursos”.

McCain denuncia que se utilizó mucha desinformación para justificar esos métodos diciendo que hicieron posible la muerte de Bin Laden, así como también para desacreditar los hallazgos del informe y la oportunidad de su publicación. Lo que puede sorprender es saber que los métodos como el ahogamiento simulado apenas ayudaron a obtener información útil. “Esto puede suponer una verdadera sorpresa –dice McCain–, ya que contradice las repetidas aseveraciones de los agentes de inteligencia en público y en privado de que esas técnicas de ‘interrogatorio reforzado’ eran indispensables en la lucha contra el terrorismo”. “Lo que nunca han demostrado los partidarios de métodos duros y crueles de interrogatorio es que no podríamos obtener información mejor y más fiable usando métodos más humanos”.

“Pienso que es un insulto a muchos oficiales de inteligencia que ha logrado buena información sin herir o degradar a los prisioneros, asegurar que no podemos ganar esta guerra sin esos métodos”.

Una idea del hombre

Pero, en último término, la principal razón para oponerse a la tortura no es su inefectividad. Se trata de una cuestión de principios. “Siempre he dicho, y siempre mantendré, que esta cuestión no tiene que ver con nuestros enemigos, sino con nosotros mismos. Se trata de quiénes éramos, quiénes somos y quiénes queremos ser. Tiene que ver con el modo en que nos presentamos ante el mundo”.

EE.UU. no debe actuar en la arena internacional solo persiguiendo sus intereses geopolíticos, dice McCain, sino con el ejemplo de unos valores políticos y tratando de que otras naciones los hagan suyos. Al defender la seguridad de los americanos luchamos también por una idea, “la idea de el Creador ha dado a todos los hombres derechos inalienables. Cuánto más seguro sería nuestro mundo si todas las naciones creyeran esto. Y cuanto más peligroso es cuando lo olvidamos incluso momentáneamente”.

“Nuestros enemigos actúan sin conciencia. Nosotros no”. El informe enseña que “actuar sin conciencia es innecesario, ni tan siquiera es útil para ganar esta extraña y larga guerra que estamos combatiendo”.

Para terminar, McCain pide reafirmar la idea de que para tener éxito en esta guerra es necesario que los que la combaten “recuerden siempre que están defendiendo un ideal sagrado de cómo las naciones deben ser gobernadas y conducir conforme a ese ideal las relaciones con los demás, incluso con nuestros enemigos”.

Contenido exclusivo para suscriptores de Aceprensa

Estás intentando acceder a una funcionalidad premium.

Si ya eres suscriptor conéctate a tu cuenta. Si aún no lo eres, disfruta de esta y otras ventajas suscribiéndote a Aceprensa.

Funcionalidad exclusiva para suscriptores de Aceprensa

Estás intentando acceder a una funcionalidad premium.

Si ya eres suscriptor conéctate a tu cuenta para poder comentar. Si aún no lo eres, disfruta de esta y otras ventajas suscribiéndote a Aceprensa.