Las redes sociales, no aptas para el debate

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Las redes sociales ofrecen canales muy asequibles para expresarse. Cabría esperar que, por eso, dieran visibilidad a las posturas minoritarias y promovieran el debate. Pero no parece que así sea, según una encuesta realizada por el Pew Research Center, de EE.UU.


Una versión de este artículo se publicó en el servicio impreso 68/14

La encuesta mide la participación, tanto en las redes sociales como en encuentros cara a cara, en discusiones sobre un caso de interés público: las revelaciones de Edward Snowden sobre el rastreo de comunicaciones privadas por parte de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) de EE.UU. Se eligió ese tema porque se presta mucho a polémicas: sondeos anteriores del Pew revelaron que los norteamericanos estaban divididos por mitades entre favorables y contrarios a tal vigilancia de la NSA. Además, preguntar por conversaciones sobre una cuestión determinada facilita recibir respuestas precisas. El inconveniente es que considerar un solo asunto limita el alcance de las conclusiones.

Los autores pretendían averiguar el efecto de las redes sociales sobre la “espiral del silencio”, el fenómeno de opinión pública descrito en 1974 por la comunicóloga alemana Elisabeth Noelle-Neumann (1916-2010). En resumen, consiste en que quienes creen que su postura es minoritaria o impopular tienden a no expresarla, por temor al aislamiento social. Lo contrario ocurre con quienes sostienen una opinión que parece dominante o en alza. Quizá ni unos ni otros estiman bien la difusión real de sus propias ideas, pero el hecho mismo de callarlas o manifestarlas crea una “espiral” que refuerza la tendencia de los primeros al silencio: como creen que su opinión es minoritaria, la callan; y a fuerza de callarla, parece cada vez más minoritaria.

Al usar las redes sociales nos metemos en círculos de personas con ideas semejantes

Espiral del silencio en las redes sociales

Los investigadores del Pew se plantearon si las redes sociales atenúan la espiral del silencio al dar un nuevo cauce de expresión, fácil de aprovechar, a quienes no hablarían por considerarse en minoría. No ocurre tal, a juzgar por los resultados de la encuesta, que confirma un análisis anterior del Pew sobre Twitter (cfr. Aceprensa, 6-03-2013).

Tanto en Internet como fuera, la gente está más dispuesta a dar su opinión si cree que los interlocutores la comparten. Una diferencia es que los usuarios de redes sociales aseguran, más que los otros, saber qué piensan las personas de su entorno. Y esto, por lo visto, los hace más cautos.

De hecho, los encuestados se declaran menos dispuestos a tratar del caso Snowden en las redes sociales que de viva voz delante de parientes, amigos o compañeros de trabajo. Y los usuarios de redes sociales están mucho menos dispuestos (los de Twitter, menos aun que los de Facebook) que los no usuarios a tocar el tema en conversaciones cara a cara. Las redes sociales son el único ámbito en que la mayoría de los encuestados no quieren hablar del asunto, mientras que de dos tercios a tres cuartos lo haría en reuniones familiares o con amigos, o en el trabajo. En fin, las redes sociales no dan un nuevo cauce de expresión para los tímidos, pues de los que no se pronunciarían en encuentros personales, solo el 0,3% lo haría en ellas.

Las redes sociales son el único ámbito en que la mayoría de la gente no quiere hablar de un asunto polémico

Metidos en nichos de opinión

Por tanto, las redes sociales refuerzan la espiral del silencio. Los autores del sondeo sugieren algunas razones posibles. Tal vez los usuarios no quieran discrepar por no decepcionar a sus amigos de Facebook o seguidores de Twitter, o por temor a perderlos. O porque sus declaraciones en las redes permanecen, y al cabo del tiempo puede encontrarlas quien uno no querría, como un jefe o el responsable de selección de una empresa donde se opte a un puesto de trabajo. O han visto que otros opinaron en las redes sociales y fueron sometidos a ostracismo, ridículo o acoso. También puede ser que los usuarios de redes sociales se pronuncien menos fuera de ellas porque se vuelven más sensibles a los vientos que corren.

Lo anterior no significa que en las redes sociales se opine poco sobre cuestiones discutidas, sino que se debate menos de lo que se creía. Al usar las redes sociales no necesariamente nos abrimos al diálogo con gente de todas las posturas. A menudo nos metemos más bien en círculos de personas con ideas semejantes. Las propias redes refuerzan esos “nichos de opinión” porque seleccionan los contenidos que muestran y los posibles nuevos amigos o seguidores por la afinidad con cada usuario. La semana pasada, Twitter anunció que incluirá en el timeline los tuits de personas no seguidas, pero marcados como favoritos por cierto número de personas de las que el usuario es seguidor. Lo cual no ampliará el espectro ideológico del timeline.

Por otro lado, la encuesta confirma algo que no tiene nada de sorprendente: quienes sostienen una opinión con más fervor, la expresan más, en las redes sociales como en la convivencia diaria. Esto, sumado al mayor retraimiento de los discrepantes en las redes sociales, hace que en ellas se grite más. Por eso, comenta Claire Cain Miller en el New York Times, las redes sociales contribuyen a la polarización de la sociedad, rebajan la diversidad de opiniones y reprimen la participación en asuntos públicos.

Los autores de la encuesta solo encuentran un indicio de que las redes sociales democraticen los debates públicos. Al contrario de lo que ocurre en la vida normal, en ellas las personas con menor nivel de estudios opinan más, mientras que las de titulación superior tienden a retraerse.

La televisión todavía gana a las redes sociales

El sondeo del Pew pregunta también sobre las fuentes con que la gente se informó del caso Snowden. La principal (58% de encuestados) es la televisión o la radio, seguida de medios en Internet distintos de las redes sociales (34%), y los familiares o amigos (31%). Solo el 15% recibieron alguna información en Facebook, y menos aún, el 3%, a través de Twitter. Si se tiene en cuenta solo los usuarios de una y otra red, tampoco salen proporciones altas: 26% para Facebook y 22% para Twitter.

Parece extraño que una cuestión tan candente haya sido tan poco tratada en las redes sociales. De todas formas, advierten los autores del estudio, en otro sondeo del Pew Research Center las redes sociales aparecían mejor situadas como fuentes de noticias: lo son para el 47% de los usuarios de Facebook y para el 52% de los de Twitter. La diferencia debe de obedecer a que en aquella encuesta se preguntaba sobre el uso de redes sociales para informarse de toda clase de asuntos, no de uno en particular.

En la última, tampoco sale bien parada la prensa: fue una fuente sobre el caso Snowden para el 19% de la muestra, solo un poco por encima de Facebook. Y la prensa sí que trató el tema profusamente.

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