La libertad de expresión sigue sufriendo recortes en China

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Después de que los buscadores de Internet se sometieran a la censura china (Aceprensa 94/05 y 15/06), y de las críticas de algunos ex-dirigentes comunistas (Aceprensa 21/06), una nueva medida ensombrece el panorama de la libertad de prensa en el dragón asiático. El 10 de septiembre, la agencia de noticias estatal china Xinhua hizo uso de sus facultades de órgano regulador al emitir unas medidas que reducen considerablemente la libertad de expresión en el país. En total, 22 artículos para establecer que las noticias publicadas en China por las agencias de prensa extranjeras serán a partir de ahora distribuidas por la propia Xinhua.

El argumento esgrimido es asegurarse de que la redacción y distribución de las noticias es conforme a las leyes nacionales y las regulaciones administrativas, y promover su difusión de una manera «responsable y ordenada». Para poder desarrollar su trabajo, las agencias tendrán que cumplir una serie de requisitos burocráticos que incrementan el control de Xinhua sobre las informaciones publicadas en y desde China.

Durante el proceso de distribución, la agencia estatal podrá ejercer la censura. Ésta se llevará a cabo sobre todas aquellas informaciones o datos que violen cualquiera de una serie de prohibiciones, como no «socavar la unidad nacional, la soberanía e integridad territorial de China», no «difundir información falsa», no «transtornar el orden ecónomico y social» o no «minar la estabilidad social de China», aunque la más significativa de las condiciones que implicarían una prohibición es «poner en peligro la seguridad nacional, la reputación y los intereses» del país. Basta echar un vistazo sobre las experiencias en la aplicación de argumentos semejantes contra comunicadores críticos con el régimen, para comprender que la normativa concede un amplio margen de interpretación a los censores. Hace sólo unos días, Reporteros Sin Fronteras denunció que tres disidentes han sido encarcelados, uno de ellos bajo la acusación de «negocios ilegales», presuntamente por vender 20.000 libros «falsos», y los otros dos por «incitar a la subversión contra el Estado», a los cuales les fueron requisados los discos duros de sus ordenadores. De éstos, a Chen Shuqing, fundador del ilegal Partido de la Democracia de China, se le negó el pasado año la licencia para ejercer la abogacía por «haber publicado artículos en Internet que violan la constitución».

Las medidas de censura que se prevén en los 22 artículos emitidos por Xinhua van desde el borrado de cualquier material hasta la suspensión de la acreditación oficial que permite desarrollar su trabajo a las agencias.

Para algunos analistas, estas nuevas medidas contrarias a la libertad pueden ser también una manera de fortalecer la posición de Xinhua en el mercado. La agencia tiene una doble faceta reguladora y empresarial, y sus directivos no ocultan el interés por hacer de ella una poderosa competidora dentro y fuera de sus fronteras. Reuters, Bloomberg o Dow Jones se verán afectadas en un negocio que mueve decenas de millones de dólares. Por otra parte, otros avisan de que la censura de informaciones financieras tal vez signifique un perjuicio para el crecimiento económico chino, ya que los inversores extranjeros podrían mostrarse recelosos si las noticias que llegan desde el mercado chino no son fiables.

Fuentes:
Noticia
donde Xinhua habla de las medidas adoptadas.
Texto completo de las medidas.

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