Cuando el Parlamento francés se apresta a debatir dos proposiciones de ley sobre cuidados paliativos, los voluntarios que día a día los ponen en práctica advierten contra la confusión que a veces se difunde entre la ayuda a los moribundos y la eutanasia, y contra la tentación de despenalizar esta última. Ese el mensaje que ha querido subrayar el 12.º congreso de Jalmav (siglas francesas de «Acompañar la vida hasta la muerte»), la federación de asociaciones de asistencia a enfermos terminales.
Jalmav reúne a unos diez mil voluntarios de todo el país. En su congreso, celebrado en Tours a finales de marzo, se refirieron en tono favorable a las recientes iniciativas del gobierno y del Parlamento para implantar los cuidados paliativos en todos los hospitales, en conformidad con el plan propuesto hace unos meses (ver servicio 133/98). Pero también hicieron una advertencia.
En concreto, la federación de voluntarios denuncia la confusión a que se induce a la opinión pública asociando la atención a los enfermos terminales con la eutanasia. Pero no se debe mezclar una cosa con otra, pues la eutanasia -dice Jalmav- es algo totalmente ajeno a los cuidados paliativos. La eutanasia «no responde de ninguna manera a las verdaderas necesidades de los enfermos y no resuelve el problema de su sufrimiento», ha precisado el Dr. René Schaerer, presidente de Jalmav.
Jalmav se ha declarado también en contra de los intentos de legalizar la eutanasia. «Nuestra lucha -dice el Dr. Schaerer- es doble: hacer todo lo posible, gracias a los cuidados paliativos, para que desaparezca la eutanasia salvaje y clandestina que se practica en Francia [se han dado varios casos] y evitar que se la despenalice».
Recientemente han iniciado el trámite en el Parlamento dos proposiciones de ley paralelas dirigidas a extender los cuidados paliativos, tanto en los hospitales como en la atención a domicilio. Ambos textos dan un considerable papel a los voluntarios.