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El Tribunal Supremo de Noruega, a favor de la objeción de conciencia

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DURACIÓN LECTURA: 3min.

La doctora polaca Katarzyna Jachimowicz recibió una buena noticia el 11 de octubre: el Tribunal Supremo de Noruega –país en que vive y trabaja– acaba de darle la razón en un veredicto acerca de su negativa a implantar dispositivos uterinos (DIU) por razones de conciencia.

(Actualizado el 17-10-2018)

El caso de la Dra. Jachimowicz se remonta a 2015. Desde ese año, una ley prohíbe a los facultativos objetar en casos como el que le valió el despido a ella. Inicialmente, la estatal Clínica de la Familia de la ciudad de Sauherad (sureste) había aceptado, al momento de su contratación en 2011, su negativa a participar de cualquier manera posible en abortos. Sin embargo, en enero de 2015, el hospital la despidió cuando rechazó recibir formación para aprender a colocar dispositivos intrauterinos (DIU), que en la mayor parte de los casos no impiden la fecundación sino la implantación del cigoto, y por tanto tienen efecto abortivo.

“Nadie debe ser forzado a elegir entre obedecer a su conciencia o cumplir con su profesión” (Robert Clarke, ADF)

Una primera demanda contra la decisión del hospital favoreció a este último, pero la especialista llevó el caso a una Corte de Apelaciones y el resultado fue diferente: los magistrados sentenciaron que se había violado su libertad de conciencia y que, al no ser imprescindible la actuación de ella –cualquier otro podía implantar el DIU–, no había razón para echarla. La clínica recurrió entonces ante el Supremo, que estudió el caso en agosto pasado y ahora sentencia que la doctora tenía derecho a negarse, y las autoridades deben respetar el derecho de los médicos a objetar.

Contactada por Aceprensa, la Dra. Jachimowicz ha expresado su satisfacción: “El Tribunal Supremo me ha dado el derecho a formular una petición para una compensación financiera, a causa de mis perdidas económicas, y espero que el municipio me la conceda. Creo que el próximo paso que tenemos que tomar es cambiar las leyes, para que los médicos puedan, simultáneamente, trabajar y ser fieles a su conciencia. Sé que ya hay políticos que quieren llevar el caso judicial al Parlamento, y también se debate sobre este tema en los medios. Esto es muy importante, porque tenemos una oportunidad para modificar las actitudes ante la cláusula de conciencia”.

Un buen precedente para los profesionales creyentes

La web de Alliance Defending Freedom (ADF), organización que prestó su apoyo a la especialista, se ha hecho eco de las palabras del abogado Haakon Bleken, quien corrió a cargo de la defensa de Jachimowicz: “Hoy, la decisión del Tribunal Supremo constituye un paso importante en la dirección correcta, no solo para los médicos, sino para las personas de fe de todas las profesiones. El veredicto protege uno de los derechos fundamentales: el de actuar de acuerdo con las creencias más profundas de uno”.

También Robert Clarke, director de la rama europea de ADF, celebra la sentencia: “Nadie debe ser forzado a elegir entre obedecer a su conciencia o cumplir con su profesión. [El veredicto] establece nuevos estándares para la protección de los derechos fundamentales de conciencia en Noruega y más allá”.

Según el Tribunal Supremo, las autoridades deben respetar el derecho de los médicos a objetar

El “más allá” bien pudieran ser, en este momento, Irlanda y el Reino Unido. En Irlanda, el ministro de Sanidad, Simon Harris, advierte que no aceptará que los médicos “le muestren la puerta de salida” a la mujer que pida información sobre el aborto, y ello pese a que la Asociación Nacional de Médicos de Familia opina que es mejor que el doctor no se vea obligado a remitir a la interesada a otro especialista.

En el Reino Unido, entretanto, el 23 de octubre se votará una propuesta para abolir los artículos 58 y 59 de la Ley de Delitos contra la Persona, de 1861, que penalizan la facilitación de medios para facilitar un aborto. Según expertos, la modificación podría eliminar el requisito de que sean dos médicos los que determinen si un aborto es “necesario”, y podría dejar sin protección a los que aleguen motivos de conciencia para no practicarlo.

El caso de la Dra. Jachimowicz se cuenta con más detalle en otros artículos de Aceprensa:

“Los derechos de médicos y pacientes deben ser respetados por igual”

Doctora provida polaca gana un recurso contra la clínica noruega que la despidió

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