El primer ordinariato para anglicanos crece despacio

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Una versión de este artículo se publicó en el servicio impreso 36/14

Mons. Keith Newton, el ex obispo anglicano que está al frente del Ordinariato Personal de Nuestra Señora de Walsingham, ha pedido a sus fieles un nuevo impulso para dar a conocer mejor esta institución, creada para recibir a los anglicanos que quieran incorporarse a la Iglesia católica conservando gran parte de sus tradiciones y de su herencia pastoral, litúrgica y espiritual (cfr. Aceprensa, 18-01-2011).

“Tenemos que ser sinceros y reconocer que el ordinariato no ha crecido tanto como pensábamos que podía hacerlo”, dijo Newton en una homilía durante la Semana Santa. “No se ha entendido la visión [del ordinariato]… Debemos comunicar a más gente nuestro mensaje, y hacerlo con más empuje y entusiasmo”.

Cuando el Ordinariato Personal de Nuestra Señora de Walsingham abrió sus puertas, en marzo de 2011, se incorporaron unos 600 laicos y 20 clérigos anglicanos de Inglaterra y Gales (cfr. Aceprensa, 22-03-2011). Según los datos oficiales del ordinariato, al final de la Semana Santa de ese año sumaban un total de casi 1.000 miembros. Dos años después, el semanario británico The Tablet estima que se han incorporado unos 1.500 laicos y 85 exministros pertenecientes a la Comunión Anglicana.

Un proyecto ecuménico y misionero.

La figura del ordinariato personal fue una respuesta de Benedicto XVI a las peticiones que le llegaban de grupos anglicanos (cfr. Aceprensa, 20-10-2009). En marzo de 2013, el Papa Francisco hizo algunos retoques a la constitución apostólica Anglicanorum coetibus, que contiene el marco jurídico básico de los ordinariatos personales (cfr. Aceprensa, 10-11-2009).

Como los ordinariatos estaban pensados sobre todo para los anglicanos, los bautizados previamente como católicos en principio no podían ser miembros del ordinariato (a no ser que sus familias lo fueran). Pero, para destacar la contribución que pueden hacer los ordinariatos a la nueva evangelización, Francisco dispuso que cualquiera que haya sido bautizado en la Iglesia católica sin haber completado los sacramentos de iniciación, pueda ser admitido ahora si desea volver a la práctica de la fe –y, por tanto, recibir esos sacramentos– como resultado de la misión evangelizadora del ordinariato.

En la homilía antes citada, Mons. Newton se refirió a la exhortación apostólica Evangelii gaudium, en la que el Papa recuerda a los bautizados que están llamados a evangelizar. “No podemos ser mediocres ni tibios en nuestra respuesta a la gracia desbordante de Dios, si queremos ser discípulos misioneros”, dijo Newton.

Después mencionó la jornada “Called to be One”, convocada para el 6 de septiembre, en la que cada grupo del ordinariato ha de “organizar algún evento e invitar a aquellos que podrían estar interesados en aprender más sobre la visión de la unidad y la verdad en comunión con el sucesor de Pedro”.

Al Ordinariato Personal de Nuestra Señora de Walsingham, el primero que se creó, le han seguido otros dos: el de la Cátedra de San Pedro, para los anglicanos de Estados Unidos y Canadá; y el de Nuestra Señora de la Cruz del Sur, para los de Australia. Ambos se establecieron en 2012, pero todavía no hay datos oficiales sobre el número de fieles.

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