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El envejecimiento de la población en Europa obliga a reformar el sistema de pensiones

publicado
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La Unión Europea (UE) es cada vez más consciente de que resulta inevitable reformar el sistema de pensiones para afrontar el problema económico derivado del envejecimiento de la población. Según un informe examinado por el consejo de ministros de Economía y Finanzas (Ecofin) en la reunión del pasado día 7, el gasto público en pensiones con respecto al PIB crecerá entre un 3% y un 5% en la mayoría de los países de aquí a 2030. Esto plantea un importante problema para las finanzas públicas, por lo que será preciso aumentar la población ocupada y evitar las jubilaciones anticipadas.

El informe, elaborado por el Comité de Política Económica, da por primera vez cifras concretas y previsiones sobre la repercusión del envejecimiento de la población. Tomando como base la política actual de los Estados miembros sobre pensiones, el informe prevé que el gasto se incrementará entre un 3% y un 5% del PIB en las próximas décadas. Solo descenderá en el Reino Unido -donde ya ahora es el más bajo-, gracias a que están muy desarrollados los sistemas complementarios de pensiones. El país donde el aumento puede ser más importante es España, pues pasaría del 9,4% del PIB actual al 12,9% en 2030 y al 16,3% en 2040. Actualmente, en el conjunto de la UE el gasto en pensiones está en torno al 12% del PIB.

En la UE se advierten dos tendencias a la hora de plantearse cómo garantizar la viabilidad futura de los sistemas de pensiones. Una insiste en aumentar la población ocupada, con una mayor presencia de la mujer en el mercado laboral y el recurso a la inmigración. La otra se decanta por una reforma urgente del sistema de pensiones. El informe del Comité de Política Económica mantiene que, aunque aumentar el empleo es esencial, en cualquier caso hay que reformar las pensiones.

El principal cambio en las próximas décadas será la llegada a la edad de jubilación de las pletóricas generaciones del boom de la natalidad de postguerra, lo que, a partir de 2010, se notará en un fuerte incremento del número de pensionistas. Según las proyecciones demográficas de Eurostat, el número de personas en edad laboral por pensionista se reducirá de 3,5 a 1,8 de aquí a 2050.

La carga de los pensionistas sobre los activos se aliviará si aumentan los trabajadores empleados. Hay margen para ello. Actualmente hay casi tantas personas en edad laboral desempleadas como empleadas, y cerca de un 60% de los adultos que no trabajan están por debajo de los 65 años.

Una de las causas de esta situación es el recurso a las jubilaciones anticipadas. Si se observan las tasas de empleo por grupos de edad, se descubre que en 1999 entre la población activa de 50-54 años seguían trabajando casi 7 de cada 10 personas; de 55-59 años, la proporción desciende a 5 de cada 10; de 60-64 años, 1 de cada 5; y de 65-69 años, el 6,5%.

Para frenar la salida prematura del mercado laboral de los trabajadores de más edad, los expertos de la UE recomiendan evitar las jubilaciones anticipadas y procurar que los regímenes fiscal y de pensiones estimulen a mantenerse en activo. Pues actualmente la renta laboral puede estar sujeta a mayores impuestos que las pensiones, y el hecho de seguir trabajando después de la edad legal de jubilación supone pagar cotizaciones sociales sin obtener por ello derechos de pensión suplementarios. Si algún cambio hay que hacer en la edad de jubilación sería para retrasarla, ya que la edad legal actual no tiene en cuenta el aumento de la esperanza de vida ni la mejora del estado de salud de la mayoría de las personas de edad.

El empleo podría crecer más aún si las tasas de natalidad volvieran a subir, admite el informe. Aunque esto depende de diversos factores, un modo de favorecerlo sería desarrollar políticas públicas que permitan a los padres simultanear la carrera profesional y las responsabilidades familiares.

Una organización de la vida laboral en esta línea contribuiría a aumentar el empleo femenino, que es otro punto clave para elevar la población ocupada. Aunque en la última década la creación neta de puestos de trabajo ha beneficiado más a las mujeres, las tasas de empleo femenino siguen siendo inferiores a las del empleo masculino. Una de las razones de esto son las interrupciones de la vida laboral para cuidar a otras personas. Estos períodos podrían tener mayor reconocimiento en los regímenes de pensiones, sugiere el Comité.

En cuanto a la reforma de los sistemas de pensiones, el informe subraya que en muchos Estados de la UE están en marcha cambios que incluyen retrasar la edad oficial de jubilación o incrementar el número de años requeridos para tener derecho a pensión completa, vincular más la pensión a las cotizaciones, crear fondos especiales para financiar transferencias futuras e incentivar los regímenes privados de fondos de pensiones.

El informe reconoce que este recurso a las pensiones privadas, basadas en la capitalización, a través de regímenes profesionales o individuales, puede ser un instrumento válido para aliviar la presión sobre las finanzas públicas.

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