EE.UU. se prepara para el retiro de la generación del «baby boom»

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El sistema público de pensiones de Estados Unidos, que se basa en el reparto (las pensiones se pagan con las cotizaciones del momento), siempre ha ido sobrado de dinero. Más que nunca, en las últimas décadas, gracias a los nacidos en la época del baby boom (1946-1964).

Pero cuando esta generación de 76 millones de personas empiece a jubilarse, dentro de diez años, se encontrará con que sus sucesores no alcanzarán a pagarles las pensiones. Con vistas al ineludible futuro de escasez, una comisión parlamentaria ha decidio proponer que la edad de retiro se eleve a 70 años y se pase a la capitalización parcial del sistema.

Lo que la comisión del Congreso -compuesta por parlamentarios de uno y de otro partido- ha aprobado por unanimidad es, con ligeras variaciones, la solución intermedia de las tres presentadas hace año y medio por el comité de expertos nombrado por el presidente Clinton (ver servicio 8/97). Consiste en dividir en dos partes las cotizaciones obligatorias (12,4% del salario). El 10,4% irá, como ahora, a las arcas de la Seguridad Social, que con esa porción y lo que saque de la inversión de los excedentes -mientras los haya- en deuda pública sufragará unas pensiones míminas, inferiores a las actuales. El 2% restante se destinará a fondos individuales de inversión. El Estado administrará esos fondos, pero los titulares podrán elegir, dentro de ciertos límites, los valores en que quieren invertir su dinero: bonos del Tesoro, seguros pero de bajo interés, o acciones, más rentables pero menos seguras. De modo que la cuantía de la pensión por encima del mínimo garantizado dependerá de la habilidad inversora de cada cual… y de la suerte, si opta por valores privados.

La otra medida recomendada por la comisión para salvar el sistema es que la gente cotice a la Seguridad Social más tiempo. Ya está en vigor el retraso gradual de la edad de jubilación a 67 años, en vez de 65 como hasta ahora. Los congresistas proponen que la edad de retiro obligatorio se eleve progresivamente hasta los 70 en el año 2029, y la mínima para jubilarse anticipadamente (62 años en la actualidad) pase a 65 en el 2017.

Los miembros de la comisión afirman que este plan aseguraría la solvencia de la Seguridad Social durante los próximos 75 años, sin necesidad de subir los impuestos. Contra la propuesta están otros congresistas -especialmente demócratas-, los sindicatos y la influyente Asociación Americana de Jubilados (AARP). Todos ellos se oponen a que la Seguridad Social pierda parte de sus recursos y a la vez siga teniendo que garantizar unas pensiones mínimas, con independencia de cómo vayan la bolsa y la economía en general. Pero algo hay que hacer, pues la demografía no perdona, y a partir del 2013 el costo de las pensiones superará a las cotizaciones.

El mismo hecho de que una comisión del Congreso haya propuesto pasar a la capitalización, aunque sea parcial, muestra cómo, por la fuerza de los números, se van abriendo paso ideas que hace poco parecían impensables.

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