La caída del comunismo en Europa central y oriental supuso –o al menos debió suponer– un buen hito para la libertad religiosa en esos países: desaparecidos los grilletes ideológicos, los fieles de distintas confesiones –particularmente católicos y ortodoxos–, no toparían con obstáculo alguno para atravesar las puertas de las iglesias, por lo que el lleno estaría asegurado.
Sin embargo, una reciente investigación del Pew Research Center señala que, aunque grandes mayorías afirman creer en Dios (un 86% de media), el lleno ...
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