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Crece la enseñanza superior a través de Internet

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Apesar de que muchos negocios basados en Internet hayan pinchado, la enseñanza superior online todavía crece. Hace tres meses, la revista Business Week (3-XII- 2001) aportaba datos que muestran el éxito de algunas fórmulas.

En Estados Unidos hay ya dos millones de personas matriculadas en algún curso de enseñanza superior por Internet, 600.000 más que en 1998. En 2006 podrían ser unos cinco millones. Entre los centros a distancia con más alumnos se encuentra el University College de la Universidad de Maryland, que tiene 63.000 inscritos en cursos que solo pueden seguirse por Internet.

Otra de las universidades online de mayor éxito es la promovida por el ejército norteamericano: la eArmyU. Para los militares es muy difícil compaginar el servicio activo con los estudios universitarios, entre otras razones, por los frecuentes cambios de destino. Muchos se plantean abandonar el ejército para poder acceder a la enseñanza superior. Desde que se puso en marcha este proyecto, que integra a 24 universidades, es más fácil estudiar durante la estancia en los cuarteles.

El caso de los militares es semejante al de la categoría de alumnos que más está creciendo: los adultos ya incorporados al mundo laboral que quieren actualizar su preparación o reciclarse. Ahora, casi la mitad de los estudiantes online son mayores de 25 años; para ellos, la oferta de formación por Internet es una buena solución.

Otra de las ventajas que ofrece la enseñanza online es la posibilidad de incorporar a alumnos de naciones en desarrollo, como ya está sucediendo. Internet puede ser un buen medio para que accedan a la formación universitaria -de posgrado, en especial- alumnos de países donde faltan recursos para crear instituciones de enseñanza superior.

No todas las iniciativas en este campo están resultando rentables, aunque hay algunas que lo logran, como la Universidad online de Phoenix, dependiente de la mayor universidad con ánimo de lucro de Estados Unidos. Para las compañías que han entrado en el negocio -como Campella, Jones International o Cardean-, el problema principal es la falta de prestigio académico, necesario para atraer alumnos. De hecho, en Estados Unidos, el 95% de los estudiantes online siguen cursos organizados por las universidades ya establecidas.

Pero no todas las universidades están dispuestas a dar el paso. En Harvard, por ejemplo, el director de programas de formación por Internet para empresas afirma que «jamás ofreceremos un MBA de Harvard online». Muchos responsables universitarios siguen creyendo que un sitio web no puede sustituir a las lecciones presenciales, aunque resulta muy útil como complemento: para proporcionar apoyo documental o bibliográfico, o facilitar la comunicación entre profesores y alumnos.

Algunos entusiastas van mucho más lejos. El presidente de la Universidad de Melbourne, Alan Gilbert, en declaraciones que recoge Business Week, afirma que la enseñanza online «puede convertirse en el entorno en el cual reciban formación la mayor parte de las personas, una vez superada la enseñanza secundaria».

De momento, sin embargo, el estudio por Internet, al igual que la educación a distancia tradicional, es sobre todo una solución para los que no pueden asistir a clase.

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