En 2000, en una cumbre memorable, la ONU acordó los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), pensados para eliminar pobreza extrema y otras grandes miserias de la humanidad. Una nueva asamblea, que comenzará mañana y en la que hablará el Papa Francisco, se dispone a aprobar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), otro programa para quince años que no se limita a lo básico. Si se cumple, tendremos por fin un mundo feliz, o al menos “pacífico e inclusivo”.
Para impulsar los Objetivos no se cuenta solo con la ayuda exterior, sino también con las fuerzas económicas, para que los países desplieguen su potencial
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