Los guardias de prisiones temen que una “relajación” en el sistema puede suponer un repunte de la violencia carcelaria
Permanecer varias décadas tras las rejas es una condena ciertamente dura [1], pero cumplirla en una celda en solitario, sin apenas vínculos con otras personas, parece más asunto de una ficción literaria de Alejandro Dumas que del mundo real. Y sin embargo, en EE.UU. ha sucedido.
Para eso está el denominado Security Housing Unit, o simplemente “el SHU”, el estrecho módulo carcelario de aislamiento en el que, en teoría, se encierra a un recluso “difícil” en régimen de total aislamiento. La ingrata experiencia, según presumen lo ...
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