El matrimonio gay pasa de moda en España

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Tan sólo cinco años después de la aprobación de la Ley del Matrimonio homosexual en España, el reducido número de enlaces de esta naturaleza oficiados refrenda dos argumentos aducidos por quienes se manifestaron antaño en contra de la norma. El primero, que no era una cuestión demandada por la sociedad; y el segundo, que era una forma de desnaturalizar la institución del matrimonio.

Aunque la Federación de Gays y Lesbianas sube la cifra a 18.000 enlaces, el Ministerio de Justicia ha contabilizado, entre el 3 de julio de 2005 y el pasado 6 de junio, un total de 8.624 enlaces de este tipo, muy lejos de los 100.000 que los defensores de la reforma predijeron. Si se esperaba que entre un 5% y un 10% de la población española encontrara respuesta a sus necesidades en esta ley, finalmente sólo ha afectado a un 2% de los matrimonios celebrados desde entonces.

Anulado el argumento cuantitativo, antes que admitir el fracaso de la norma o la politización de la misma, los colectivos de Gays y Lesbianas interpretan el reducido número de enlaces en clave de cambio social. El mismo Pedro Zerolo, adalid del movimiento gay en España y Secretario de Movimientos Sociales del PSOE, explica ahora que “en realidad, existen muchas parejas de hecho”, figura ésta elegida en muchos países para la unión entre personas del mismo sexo, pero que en España los impulsores de la ley -el Partido Socialista de la mano de los colectivos de gays y lesbianas- la desestimaron por quedarse corta en el reconocimiento de los derechos de los homosexuales.

En declaraciones que se han hecho eco de estas cifras, algunos activistas pertenecientes a estos colectivos reflexionan sobre la figura del matrimonio y explican que “es curioso que hablemos del matrimonio gay como una revolución, como un cambio, cuando ese cambio encierra un refuerzo de una de las instituciones más conservadoras que existen”.

Argentina, a la espera

Quienes impulsaron en España la Ley del matrimonio homosexual la alentaron también en países de Latinoamérica y consecuencia de ello es que el próximo 14 de julio el Senado argentino votará para aprobar o no una ley similar a la española.

Los argumentos de los colectivos de gays y lesbianas argentinos son los mismos que en su día enarbolaron sus homólogos españoles, entre ellos el de la igualdad de derechos ante la ley, desestimado en países como Italia donde los tribunales argumentan que no discrimina a los homosexuales, porque uniones y matrimonios no son realidades homogéneas (cfr. Aceprensa, 15-04-2010). El Tribunal Europeo de Derechos humanos acaba de confirmar en una sentencia que los Estados miembros del Consejo de Europa no están obligados a reconocer el derecho a casarse de las parejas del mismo sexo (cfr. artículo relacionado).

En cualquier caso, parece haber poca comunicación internacional entre estos colectivos, porque si no, los argentinos todavía estarían a tiempo de darse cuenta de que aquello por lo que luchan no es ni siquiera una prioridad entre los homosexuales. El matrimonio no responde ni a su ritmo ni a sus ideales de vida.

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