Vencer el hambre en África

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Gracias al desarrollo de semillas de trigo y de arroz de alto rendimiento en los años sesenta, el norteamericano Norman Borlaug logró que en India y Pakistán creciera de modo espectacular la producción agrícola. El padre de la «revolución verde», premio Nobel de la Paz en 1970, explica en declaraciones a Newsweek (15-IX-97) qué habría que hacer para mejorar hoy la situación alimentaria mundial.

Borlaug asegura que no hay problema de producción: «El mundo produce lo suficiente para alimentarse sorprendentemente bien. El problema es conseguir una equitativa distribución. Aquí tropezamos con problemas de pobreza y de falta de poder adquisitivo en muchos países en desarrollo. Incluso aunque fueran capaces de importar todo lo que necesitan, no podrían distribuirlo. El estado de su sistema de transporte no les permitiría hacer llegar los alimentos a toda la población. En esos países, entre el 75% y el 85% de la gente vive en zonas rurales aisladas».

En cuanto a los instrumentos de producción, Borlaug recuerda que «en África occidental y en el África subsahariana todo el trabajo agrícola se hace con herramientas de mano: azada y machete. En África occidental no hay bueyes, ni caballos, ni mulos; han sido exterminados por plagas».

Si Asia ha hecho tantos progresos en la producción, ¿no podría hacerlos también África? El Nobel señala una diferencia: «En India y China el factor limitante era la cantidad de tierra disponible para la agricultura. En África el problema es un suelo pobre. Necesita ser fertilizado, y esto significa fertilizantes minerales. Hay mucha creencia ilusoria en el movimiento ecologista. Piensan que el mundo puede producir el alimento que necesita sólo con fertilizantes orgánicos. ¿Pero cómo van a conseguir fertilizantes orgánicos si no hay animales?». Borlaug piensa que los ecologistas están perjudicando el desarrollo agrícola al persuadir a los organismos de ayuda al desarrollo de que dejen de financiar los fertilizantes químicos. Por eso Borlaug prefiere utilizar el término fertilizantes «minerales».

Para que África produzca los alimentos precisos «hace falta fertilizantes, tecnología y semillas mejoradas. Casi sin excepción es posible al menos duplicar, generalmente triplicar y a veces cuadruplicar el rendimiento y la producción por hectárea, usando este conjunto de métodos modernos».

¿Cuándo se conseguirá esto? Borlaug confía en que «pronto Etiopía sea el primer país que lo logre. Y Etiopía era como la India en los años 60. Podría ser en pocos años, si se consigue arreglar la cuestión del transporte. El maíz es el cultivo más importante que va a cambiar África en los próximos veinte años».

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