Todos descendemos de antepasados africanos

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Science y Nature han publicado sendos estudios que apoyan la hipótesis de que toda la humanidad actual desciende de unos mismos antepasados africanos que empezaron a extenderse por el resto del planeta hace unos 100.000 años (ver servicio 18/01). Esta hipótesis, admitida por la mayoría de los especialistas, es sugerida por el registro fósil, y en los últimos años viene siendo corroborada por investigaciones genéticas como las recién dadas a conocer.

La primera (1) compara las secuencias del cromosoma Y de más de 12.000 asiáticos pertenecientes a 163 poblaciones de 13 regiones distintas. Este cromosoma se transmite solo de padre a hijo, sin combinarse con los genes de la madre. Por tanto, la presencia de un mismo fragmento en varios individuos permite inferir que todos vienen de un antepasado común.

Precisamente a esa conclusión habían llegado anteriores estudios genéticos con respecto a los europeos. Pero subsistía la duda de si la actual población de Asia, bastante más variada, no provendría de la mezcla de diversos ancestros. Para comprobarlo, los autores de la investigación -chinos en su mayoría, y otros de Estados Unidos, Indonesia y Gran Bretaña- buscaron en los cromosomas Y de sus sujetos tres marcas indicadoras de origen africano. Todos los hombres estudiados, sin excepción, resultaron tener al menos una de esas marcas. Por tanto, concluyen los investigadores, «parece que no ha habido la menor aportación genética de anteriores homínidos asiáticos».

El otro estudio reciente (2) versa sobre variaciones de un solo nucleótido («letra» del genoma) en los cromosomas humanos. El objetivo era buscar mutaciones causantes de enfermedades. De momento, los investigadores no han hallado ninguna a la que se pueda atribuir una enfermedad; pero en su comunicación a Nature explican que han hecho otro descubrimiento. Al examinar 19 regiones del genoma en 44 sujetos estadounidenses de ascendencia europea, encontraron una grandísima coincidencia. La distancia media entre dos variaciones de la secuencia de nucleótidos es de 60.000 «letras» exactamente iguales, lo que indica un origen común y relativamente reciente (27.000-53.000 años, calculan los investigadores). Esto concuerda con los datos que se tenían de una muestra de individuos suecos.

En cambio, dicen los autores del estudio, el análisis del genoma en una muestra de población nigeriana revela muchas más variaciones en la secuencia de nucleótidos. De ahí se deduce que los africanos descienden de antepasados mucho más antiguos: otro indicio, indirecto, a favor de que el origen de la humanidad está en África.

«Adán cromosoma Y»

Estas nuevas investigaciones vienen a apoyar otras anteriores. También un equipo dirigido por Peter Underhill (Universidad de Stanford) había analizado el cromosoma Y, en este caso de más de mil hombres de 22 áreas geográficas. Su estudio, publicado en Nature Genetics (noviembre 2000), concluye que las poblaciones actuales parecen provenir de un ancestro masculino común que apareció en África hace unos 59.000 años, al que se puso el nombre de «Adán cromosoma Y».

Antes, habían llevado a similares conclusiones los estudios del ADN mitocondrial (ADNmt), que es para la herencia por vía femenina lo que el cromosoma Y para la vía masculina. El ADNmt se recibe solo de la madre, y su tasa de mutaciones espontáneas es mayor que la de los cromosomas. El análisis del ADNmt realizado en 1986 por Cann, Stoneking y Wilson (cfr. Nature 1987; 325:31-36) sugería que la humanidad proviene de una mujer que vivió en África hace entre 190.000 y 200.000 años. Esto es lo que se dio en llamar hipótesis de la «Eva mitocondrial» (ver servicio 24/96). Posteriores estudios del ADNmt de otras muestras de poblaciones humanas reforzaron la hipótesis, si bien dataron a esta «Eva» en fechas más recientes.

Otra vía de investigación que conduce a lo mismo es la empleada por Luca Cavalli-Sforza (Universidad de Stanford), que desde finales de los años 80 viene comparando la distribución de genes y de lenguas en las diversas etnias humanas. El análisis de 110 genes en más de 1.800 poblaciones muestra que la ascendencia de todas las razas actuales confluye en una sola población que existió en África hace algo más de 100.000 años (ver servicio 10/95). Con este resultado coincide el del estudio lingüístico -dirigido por Johanna Nicols (Berkeley)-, según el cual los 5.000 idiomas existentes en la actualidad deben de derivar de una protolengua que se hablaba hace unos 100.000 años en el este de África.

Pese a la concordancia fundamental de todos esos estudios, subsiste una notable divergencia. Según los cálculos hechos, el «Adán cromosoma Y» es al menos 50.000 años más reciente que la «Eva mitocondrial», lo que resulta chocante. Se han propuesto hipótesis para explicar la diferencia: por ejemplo, Peter Oefner, miembro del equipo de Underhill, cree que hace 59.000 años tal vez empezaron a predominar los hombres con el cromosoma Y que se ha transmitido hasta hoy, de modo que el linaje de los demás desapareció. Pero quizás el problema esté en los métodos de datación, que distan de ser exactos. De hecho, la antigüedad atribuida a la «Eva mitocondrial» por los distintos estudios varía entre 100.000 y 200.000 años, con un margen de error estimado en ±20%. Y los 59.000 años del «Adán cromosoma Y» son la media de un intervalo de 35.000 a 89.000 años.

_________________________Con informaciones de Octavio Rico.(1) Yuehai Ke et al., «African Origin of Modern Humans in East Asia: A Tale of 12,000 Y Chromosomes», Science (11-V-2001), pp. 1151-1153.(2) David E. Reich et al., «Linkage Disequilibrium in the Human Genome», Nature (10-V-2001), pp. 199-204.

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