Sexo en el cine

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Contrapunto

En el cine de hoy las actrices están sometidas a presiones para aparecer desnudas sin venir a cuento, y eso daña la imagen de la mujer. Esta denuncia no procede de ninguna Liga de decencia, si es que queda alguna. Lo dice Glenda Jackson, que ha sido actriz oscarizada antes de ser ministra de Transporte en el gabinete de Tony Blair y candidata a la alcaldía de Londres. «El sexo se ha convertido en un cliché», declara la ex actriz al Daily Telegraph (18-V-98). Jackson prefiere haber sido actriz en los años 60, cuando el desnudo era algo mucho más excepcional. Ahora las actrices sufren fuertes presiones para responder a un determinado estereotipo de mujer. Es un nuevo conformismo. A juicio de Jackson, esto contribuye a que «en lo que respecta a la imagen de las mujeres, se hayan dado pasos atrás».

Había sido un progreso el rechazo de esas imágenes que pretendían fijar a la mujer en un estereotipo de consumidora sólo interesada por el detergente que lava más blanco o por la crema que rejuvenece. Pero habría que preguntarse también en qué medida esa recurrente desnudez femenina en el cine está contribuyendo a transmitir una imagen de la mujer como objeto sexual, tan unidimensional y falsa como las anteriores. Para Glenda Jackson, no hay duda: son «retrograde steps». Se podría recordar que la propia Glenda Jackson, que en Mujeres enamoradas no dejaba nada a la imaginación del espectador, contribuyó con su propia desnudez en la pantalla a esa tendencia que hoy lamenta. Pero no deja de ser oportuna su advertencia.

Ignacio Aréchaga

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