Severas condenas judiciales a editores franceses

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Las editoriales francesas se lo van a pensar dos veces antes de publicar libros de denuncia cuyas afirmaciones no puedan ser probadas en caso de querella judicial. Pues en los últimos tiempos los tribunales se muestran cada vez más severos en sus condenas: retirada de venta de algunos libros bajo amenaza de graves multas, obligación de suprimir las páginas incriminadas, indemnizaciones elevadas por daños y perjuicios… Los litigios judiciales, que antes eran meras escaramuzas, ahora pueden poner en peligro una editorial.

Si antes las resoluciones judiciales daban primacía a la libertad de expresión, ahora señalan una tendencia a acentuar la responsabilidad de los editores y a proteger a los particulares. Ya en 1996, los tribunales prohibieron la venta del libro El gran secreto, en el que el médico personal de Mitterrand, Dr. Claude Gubler, hablaba de la ocultación durante años del cáncer que sufrió el presidente. Los jueces estimaron que el libro suponía una violación del secreto profesional, y condenaron al autor y a la editorial a pagar una indemnización de 100.000 francos a la viuda de Mitterrand y 80.000 francos a cada uno de sus hijos.

Un año más tarde, llegó la condena de un libro que, según los editores, supuso un cambio de tornas en los jueces. El editor del libro de André Rougeot y Jean-Michel Verne sobre L’Affaire Yann Piat, que acusaba sin pruebas a dos importantes políticos de haber encargado el asesinato de una diputada, debió retirarlo de la venta y pagar una fuerte indemnización. Otro libro sobre el mismo asunto -Yann Piat, la historia secreta de un asesinato- ha provocado ahora otra severa decisión judicial. La editorial Plon y los autores -los periodistas Jacques-Marie Bourget y Claude Ardid- son condenados a pagar 125.000 francos de indemnización a la familia de un testigo. Más grave es que la sentencia exigía el cese inmediato de la venta del libro, para retirar los pasajes incriminados, bajo multa de 10.000 francos por ejemplar.

El cese de la venta bajo multa aún más grave -¡100.000 francos por ejemplar!- imponía otro tribunal por procedimiento de urgencia al libro de Antoine Gaudino La mafia de los tribunales de comercio, editado por Albin Michel. Un tribunal de apelación suspendió después esta decisión por considerarla «exorbitante», pues podría provocar la desaparición de la editorial.

Hay que tener en cuenta que antes, en casos similares, la amenaza de multa impuesta por los tribunales no solía superar los 1.000 francos por ejemplar. Los editores se quejan sobre todo de que no les da tiempo a retirar los libros incriminados, ya que los agentes judiciales se presentan en las librerías para ver si hay ejemplares a la venta pocas horas después de haberse pronunciado la sentencia. Así, del libro de Gaudino no tardaron en encontrar 58 ejemplares, lo que equivalía para el editor a una multa de 5,8 millones de francos.

El presidente del sindicato nacional de editores, Serge Eyrolles, declaraba a Le Figaro que «no es anormal que un editor pueda ser sancionado cuando comete un error. Lo chocante es que no se le dé tiempo para poder ejecutar la condena. Eso es una provocación pura y simple».

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