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Se logra un «arroz milagro» para África

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El llamado «arroz milagro» fue uno de los principales elementos de la «revolución verde» que prácticamente desterró el hambre de Asia. También en África occidental el arroz es el alimento base, pero allí no se había producido el «milagro». El arroz de esta región es de secano y tiene mucho menor rendimiento que el asiático. La producción actual no basta para satisfacer las necesidades de la población, de modo que los países tienen que recurrir a costosas importaciones. Pero los científicos han creado una nueva variedad que hará autosuficientes a las naciones del oeste africano.

El nuevo arroz se llama Nerica y está perfectamente adaptado a las condiciones de la zona. Da cosechas un 50% mayores, al menos, sin necesidad de riego ni de abonos. Es resistente a las plagas, crece bien en suelos pobres y secos, es más rico en proteínas y, además, tiene un sabor excelente. Se puede cultivar en toda la región, excepto en el desértico Sahel. Hará que los ingresos de los agricultores aumenten no menos del 25%.

Nerica es fruto de diez años de investigaciones por parte de la Asociación para el Desarrollo del Arroz en África Occidental (ADRAO), con apoyo de la ONU. No es trasgénico: se ha obtenido mediante cruces de variedades africanas y asiáticas. Los científicos han contado con la colaboración de los campesinos, sobre todo las mujeres: «Son ellas las que cultivan el arroz de secano y las que han hecho la selección», explica Peter Matlon, del programa de la ONU para el Desarrollo (PNUD).

Nerica ha comenzado a ser comercializado en Guinea. Si en el plazo de tres a cinco años llega a ser el 25% de los cultivos de arroz de la región, estos países -calcula el PNUD- se ahorrarán unos 100 millones de dólares anuales en importaciones. El objetivo es que dentro de diez años sea el arroz más cultivado en África del oeste. Para conseguirlo se va a constituir un grupo de entidades promotoras, en el que participarán Japón, el Banco Mundial, USAID (la agencia norteamericana para el desarrollo), la Fundación Rockefeller y el Banco Africano de Desarrollo.

La guerra amenaza con causar hambre

El futuro inmediato es preocupante, en cambio, para el África oriental subsahariana. La FAO (agencia de la ONU para la agricultura y la alimentación) avisa que en el curso de este año 16 países africanos sufrirán graves emergencias alimentarias. La población afectada será de 28 millones de personas, de las que el 64% viven en el este del continente.

Los países en peligro son Eritrea, Etiopía, Kenia, Madagascar, Somalia, Sudán y Tanzania, por una parte. A ellos se añaden los de la región de los Grandes Lagos, castigada por la guerra: Burundi, Congo (antes Zaire), Ruanda y Uganda, más Angola, que tiene su propio conflicto además de participar en el congolés. Los restantes son occidentales: el otro Congo, Guinea, Liberia y Sierra Leona; también en esta zona hay guerra.

Varios países de África oriental sufren sequía, y en otros ha habido inundaciones. Pero en la mayor parte de los casos, las causas humanas son más decisivas que las naturales, como señala Jean-François Gascon, responsable de las operaciones de urgencia de la FAO en África. «En estos países tocados por guerras actuales o recientes -ha dicho Gascon a France Presse-, los desórdenes climáticos graves o menos graves suponen problemas inmensos». Los trastornos económicos y los desplazamientos de población que provoca la guerra llevan al borde de la crisis, y una mala cosecha basta para desencadenarla. «En Burundi, por ejemplo, a causa de la guerra, una pequeña sequía se convierte en una catástrofe».

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