Resurgen enfermedades infecciosas que se creían dominadas

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Desde 1973 se han detectado al menos 30 nuevas enfermedades infecciosas. Y conforme la población mundial se concentra en las ciudades, el riesgo de contagio aumenta, ha advertido la Organización Mundial de la Salud (OMS). El peligro real de muerte es distinto en el Norte y en el Sur.

Al problema de las nuevas enfermedades infecciosas se suma la reaparición de otras que parecían controladas. Así, en enero de 1991 se extendieron las epidemias de cólera en Latinoamérica, con 1,3 millones de casos y 11.000 personas fallecidas hasta el final del año pasado. La fiebre amarilla, que durante casi 50 años se consideró una enfermedad rural, está afectando a personas que viven en ciudades, especialmente en Latinoamérica. El paludismo mata todavía a más de un millón de personas al año, y ya es un problema sanitario grave en algunas ciudades donde los mosquitos anopheles ha encontrado aguas estancadas para reproducirse. Otra enfermedad, el dengue, causa anualmente unas 500.000 hospitalizaciones y cerca de 20.000 muertes.

Una dificultad más en el combate de las enfermedades infecciosas es que aumenta el número de personas ancianas y el de infectadas por el virus del SIDA, que son más vulnerables a estos males.

Aunque en las últimas décadas se han desarrollado muchos antibióticos, no se preveía que algunos agentes de enfermedades infecciosas se hiciesen resistentes tan pronto. El problema se agrava en los países donde se ha abusado de los antibióticos. Un ejemplo es la tuberculosis: con tres millones de muertes anuales, es la principal causa de mortalidad entre adultos. En ciudades con viviendas mal aireadas y muy concurridas, la OMS estima que una persona con tuberculosis puede contagiar a 10 ó 15 personas por año, sobre todo a familiares. La tuberculosis se ha agravado desde hace diez años, en buena parte por la difusión del SIDA.

Por falta de agua potable, o de mecanismos higiénicos para evacuar desechos, cada año mueren 5 millones de personas, la mayoría en el hemisferio Sur. Las enfermedades diarreicas siguen siendo una de las principales causas de muertes prematuras en muchas zonas urbanas. Además, casi 1.500 millones de personas se ven afectadas por la contaminación ambiental, a la que la OMS imputa la muerte suplementaria anual de 400.000 personas.

Sin embargo, estos males son sobre todo de los países pobres. En términos comparativos entre el Norte y el Sur, el porcentaje de recién nacidos que mueren por enfermedades infecciosas o parasitarias en hogares mal equipados de África, Asia o América Latina es 700 veces mayor que el de Europa occidental o América del Norte. Y la probabilidad de que muera un niño con bronquitis o con una neumonía en un país del Sur es 50 veces mayor que la de un niño europeo o norteamericano.

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