Qué esperan del Sínodo los jóvenes de África

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Henriette Camara es una de las participantes del Sínodo de los Jóvenes, que tiene lugar del 3 al 28 de octubre en Roma. Esta joven de 27 años, nacida en Conakry (Guinea) y graduada en Derecho, pertenece desde 2009 a un grupo de scouts católicos. El capellán fue quien le dio la noticia de que asistiría como auditora al Sínodo. Le preguntamos por las inquietudes de la juventud africana y por las expectativas ante este Sínodo, cuyo tema es: “Los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional”.

¿Cómo te has preparado para participar en el Sínodo?

— Además de leer el Instrumentum laboris, me ha ayudado a prepararme todo un equipo compuesto por sacerdotes y por responsables de los scouts, así como un grupo de jóvenes, que me han aportado mucho.

¿Crees que las preocupaciones de los jóvenes de África son muy diferentes de las de los de Europa y Estados Unidos?

— En muchos aspectos, sí. El nivel de vida y el acceso a la educación son muy distintos. También los jóvenes de Occidente tienen un ambiente mucho más favorable y sano. Por otra parte, creo que compartimos inquietudes: el problema del empleo está presente en todo el mundo (aunque tal vez nos pese más en África que en Europa o en Estados Unidos). Además, los jóvenes de todo el mundo también tenemos en común nuestra alegría de vivir, la ilusión por crear un mundo mejor y por llegar a ser personas dinámicas, con recursos.

“Los jóvenes de todo el mundo tenemos en común nuestra alegría de vivir y la ilusión por crear un mundo mejor”

— ¿Cuáles son los mayores problemas en África para los jóvenes?

— El paro es una de las grandes preocupaciones. En este sentido, creo que la intención del Papa de septiembre, pidiendo especialmente por la educación y el trabajo de los jóvenes africanos, ha sido muy necesaria. También nos preocupa la ausencia de jóvenes en la toma de decisiones y la falta de referencias: necesitamos personas que puedan ser un buen ejemplo y que no sean tiranos. Las mujeres jóvenes nos encontramos además con otros obstáculos: la desigualdad frente a los hombres, presente en casi todos los ámbitos, que se ve, por ejemplo, en una mayor dificultad para encontrar empleo; el peso de la tradición y el matrimonio forzado, entre otros. Además, la falta de voz en la toma de decisiones es aún más agudizada entre las mujeres.

Por tu experiencia en los grupos de scouts, ¿crees que el tema del Sínodo es una inquietud presente entre los jóvenes?

— Por supuesto. En la medida en que los jóvenes de África debemos hacer frente a nuestro progreso en la sociedad, tenemos que estar más interesados en comprender y conocer nuestra fe.

Una vida con Dios

— ¿Cómo participan en la vida de la Iglesia los jóvenes en tu país?

— En general, participan regularmente en las actividades de la Iglesia respondiendo a las convocatorias del obispo y del clero a las diferentes reuniones (las sesiones de formación bíblica, la peregrinación nacional, el día diocesano…). No todos se involucran del mismo modo, claro, pero hay muchos que se comprometen. También suelen participar con frecuencia en los sacramentos, porque entienden que eso es parte de pertenecer a una comunidad.

¿Hay relación entre la vida de los jóvenes y su experiencia de lo sagrado, de Dios?

— Sí, su vida cotidiana está impregnada de la vida de Dios. Suelen recurrir a Dios y a la Iglesia de manera habitual, en caso de necesidad pero también en circunstancias buenas.

— ¿Qué esperan del Sínodo los jóvenes de África?

— Esperan con ilusión que sea un momento para poder intervenir sobre los verdaderos problemas que conciernen a la juventud y tener parte en ciertas tomas de decisiones. También lo entienden como un apoyo a los obispos a la hora de proporcionar esperanza a los jóvenes y como una ocasión de interesarse más por sus vidas y lo que les preocupa.

“Muchos jóvenes africanos se comprometen y participan con frecuencia en los sacramentos”

El documento presinodal habla de los grupos juveniles diocesanos y parroquiales como una de las actividades que es importante reforzar. ¿Crees que el Sínodo puede ayudar a dar un impulso a iniciativas como los scouts católicos?

— Sí. En los grupos de scouts católicos, por ejemplo, tenemos siempre un sacerdote como guía. En Guinea, el islam es la religión mayoritaria (85%) y los católicos representamos un 8% de la población; aparte, existen otras confesiones cristianas y también creencias tradicionales. Contar con el acompañamiento de un capellán en un entorno multirreligioso es muy importante, porque nos ayuda a afirmar nuestra fe y nuestro compromiso con Dios.

— ¿Qué quieres aportar al Sínodo de los jóvenes?

— Me gustaría ayudar a los obispos en su toma de decisiones, poder opinar sin restricciones, expresar nuestras expectativas, nuestras alegrías y nuestras preocupaciones en un clima de libertad.

¿Y qué crees que pueden aportar los jóvenes de África a la Iglesia?

— Los jóvenes pueden contribuir con su alegría de vivir; consagrando su tiempo libre al servicio de la comunidad y ayudando a otros compañeros en esta tarea; también dando su saber hacer, sus conocimientos; y, por supuesto, intentando ser un ejemplo de vida en su compromiso constante con otros hermanos.

 

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