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Psicóloga experta en cuidar a enfermos terminales rechaza legislar sobre la eutanasia

publicado
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¿Es preciso legislar sobre la eutanasia? En el debate que sigue abierto en Francia se ha hecho oír una voz influyente, la de Marie Hennezel, psicóloga clínica que desde hace años dirige un servicio de cuidados paliativos para enfermos terminales. En un informe que le había solicitado el ministro de Sanidad y que ha entregado el 16 de octubre, la psicóloga se manifiesta en contra de legislar sobre la eutanasia, y en cambio pide que se desarrollen los servicios de cuidados paliativos.

Marie de Hennezel señala la ambigüedad con que a menudo se utiliza el término «eutanasia», y pide que no se confundan tres situaciones distintas: la limitación e interrupción de tratamientos terapéuticos activos que son ya inútiles, «lo cual corresponde a una buena práctica médica»; los cuidados paliativos que se dirigen a tratar el dolor y la angustia del paciente; y la eutanasia, «que es un acto deliberado de provocar la muerte».

A su juicio, lo que está en juego en este debate es principalmente «el acompañamiento» de los enfermos terminales. Más que hacer una ley sobre la eutanasia, lo importante es formar al personal médico para que aprenda a «comunicar con el enfermo» y a aplicar los cuidados paliativos.

La experiencia de Hennezel es que «en la gran mayoría de los casos, las peticiones de eutanasia se deben a la imposibilidad de dialogar con el médico y al temor de morir con atroces sufrimientos». «La angustia de los enfermos terminales parece ser proporcional al malestar de los médicos que evitan a menudo afrontar las cuestiones que les atormentan».

Para responder a estas necesidades del enfermo, Marie de Hennezel propone que el personal sanitario reciba «desde el comienzo de los estudios médicos» una formación ética sobre «el sentido del cuidado, y sobre los límites de la medicina», así como un curso obligatorio en un servicio de cuidados paliativos. La psicóloga sugiere también la creación de un servicio que podría informar y orientar a las familias.

Pero también hace falta que la sociedad deje de pensar que la fase última de la vida carece de sentido. Al contrario, ésta puede representar «un tiempo fuerte de la vida, el tiempo de los últimos intercambios, de las últimas palabras».

Más que un debate legislativo, la psicóloga propugna una «reflexión ética». «Una ley frenaría los esfuerzos del personal sanitario para inventar una manera de mostrarse humano y humilde con aquellos a los que ya no puede curar».

Hennezel reconoce que «siempre habrá situaciones rarísimas de sufrimiento y de angustia ante las que nos encontraremos sin recursos». Frente a casos como el de Vincent Humbert, el joven tetrapléjico, mudo y ciego, que falleció el 26 de septiembre después de que su madre respondiera a su petición de morir, la psicóloga advierte que estas historias tan destacadas en la prensa «no deben hacer olvidar los millares de personas que mueren todos los días mal acompañadas». Aunque en 1999 el gobierno francés lanzó un plan de desarrollo de los cuidados paliativos (cfr. servicio 4/03), Hennezel advierte que aún no están bien implantados y financiados en todas las regiones: «Los cuidados paliativos evolucionan en un contexto difícil todavía fuertemente marcado por el rechazo de afrontar la muerte».

Marie de Hennezel es autora de libros sobre el acompañamiento a los enfermos terminales como La muerte íntima (cfr. servicio 169/00) y «No tuvimos tiempo de despedirnos». En su experiencia se basa también la película C’’est la vie (cfr. servicio 169/01).

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