Predivorciado, lo vuestro quizás tenga remedio

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Una ley no tiene poder para acabar con un matrimonio, pero una ley que suprime la separación como trámite previo del divorcio puede aumentar el número de divorcios en muy poco tiempo. La ley del «divorcio exprés» lo ha conseguido, con lo que España puede acabar el año siendo el tercer país con más divorcios de la UE. Sin embargo, la mayoría de los matrimonios que se toman la molestia y consultan a especialistas arreglan su situación, como demuestra la Unidad de Diagnóstico y Terapia Familiar de la Clínica Universitaria de Navarra.
El Instituto de Política Familiar (IPF) ha publicado el informe «La ruptura familiar en España (1981-2006)», en el que analiza el periodo transcurrido entre la aprobación de la ley del divorcio en 1981 hasta el momento actual, tras la última reforma de julio de 2005 (1). Esta reforma -que prescinde de las causas de divorcio, suprime la separación como trámite previo y permite que uno de los cónyuges pueda imponerlo unilateralmente (ver Aceprensa 139/04)- se ha denominado «ley del divorcio exprés» por su poderoso efecto disolvente. Las previsiones menos alarmistas decían que la ley fomentaría el divorcio. Según el IPF, «fomentar» es un término indulgente a la vista de los datos.Sin periodo de reflexión

En los últimos veinticinco años, la tasa de nupcialidad -número de matrimonios por 1.000 habitantes- ha pasado de 5,88 a 4,82. En términos absolutos, a pesar de que la población española ha crecido en 7 millones en este tiempo, el número de bodas ha permanecido prácticamente estancado en torno a las 208.000 al año. Sin embargo, las rupturas matrimoniales (separaciones y divorcios) han pasado de 16.344 en 1981 a 149.255 en 2005.

Desde 1981, la ley del divorcio y su nuevo vástago acumulan 1.116.434 separaciones y 795.173 divorcios (ver cuadro). Si «fomentar» es indulgente, «exprés» no es ninguna exageración. En el año anterior a la reforma, 2004, el número de divorcios fue de 52.591. En cambio, este año, en solo seis meses ya ha habido 77.326 divorcios. La eliminación del trámite previo de la separación es la causa del aumento: en 2004, hubo 82.340 separaciones pero en 2006 no llegarán a las 17.000. Estas cifras han situado a España entre los cuatro primeros países con más divorcios de la UE.

Los lanzamientos de algunos productos comerciales salen mal por falta de previsión: «un vuelo gratis a Canarias para los 50 primeros que aparezcan con una camisa hawaiana». Aparecen 200 interesados, es imposible organizar una fila por orden de llegada y no hay impresos para todos. Según el IPF, la nueva ley se ha botado sin que hubiera una ley nacional sobre prevención y mediación familiar, ni se hubieran creado nuevos centros de orientación familiar, ni se haya lanzado ninguna campaña de sensibilización para parar el golpe.

Los grupos más conflictivos

La duración media de los matrimonios que se rompen es de 13,8 años. Sin embargo, los casos más frecuentes se dan en los cinco primeros años de matrimonio (23% del total de rupturas) y en los que llevan más de 20 años casados (26%), que es el grupo donde más ha crecido el divorcio en los últimos años. Mayores y jovencitos suman casi el 50% de las rupturas.

La posibilidad de que uno de los cónyuges pueda imponer el divorcio también se ha notado ya en las cifras. Las rupturas no consensuadas o contenciosas han pasado del 35,6% en 2004 a casi el 40% en el primer semestre de 2006.

Pero el patrón definitivo lo marca el trámite de la separación, una molestia que se toman cada vez menos parejas. En 2005, la distribución de rupturas fue del 63% para las separaciones y del 37% para los divorcios. En el primer semestre de 2006 ha sido 10%-90%. Hasta 2005, había un divorcio por cada dos separaciones. Ahora, los divorcios ya superan a las separaciones.

Es el resultado de una figura desconocida en los ordenamientos jurídicos de los países europeos, ya que ninguno admite «la voluntad unilateral de uno de los esposos sin la concurrencia de causa alguna o sin un plazo de reflexión durante el cual se madure la decisión de poner fin al vínculo matrimonial», según informe del Consejo General del Poder Judicial.

Más mediación

Las 149.255 rupturas de 2005 afectaron directamente a unas 525.000 personas, entre padre e hijos. Más que suficientes para que el IPF proponga una serie de medidas entre las que se pueden destacar las siguientes:

— Corregir la ley para mantener los mecanismos de reflexión y conciliación en las crisis matrimoniales.

— Ampliar el número de centros de orientación y terapia familiar, como prevé la propia ley y el Consejo de Europa lleva años recomendando.

— Elaboración de una Guía de Ayuda a la Familia que facilite el acceso a las ayudas y a los centros de asistencia.

— Creación de un Plan Integral de Apoyo a la Familia y un Plan Nacional sobre matrimonios jóvenes.

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(1) Informe completo

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