Breves notas sobre algunas películas que se estrenan el 18 de marzo.
La modista
the Dressmaker
Directora: Jocelyn Moorhouse. Guion: Jocelyn Moorhouse y P.J. Hogan, basado en la novela de Rosalie Ham. Intérpretes: Kate Winslet, Liam Hemsworth, Hugo Weaving, Sarah Snook, Judy Davis, Sacha Horler, Caroline Goodall, James Mackay, Kerry Fox, Alison Whyte. 118 min. Adultos. (VXD)
Australia, hacia 1950. Tilly (Kate Winslet) es una hermosa modista que, tras muchos años de trabajo en exclusivas casas de moda de París y Milán, regresa a su casa en el pueblo de Dungatar. Su objetivo es corregir sus errores del pasado y vengarse de quienes la forzaron a marcharse.
Tras casi dos décadas de inactividad, la australiana Jocelyn Moorhouse (Donde reside el amor, Heredarás la tierra) retorna con una fallida rareza, cuyo indigesto cóctel de géneros no acaba de funcionar. El filme cuenta con la presencia siempre estimulante de Kate Winslet, un vistoso vestuario, una impactante fotografía y una sensacional banda sonora. Pero el deslavazado guion degenera enseguida hacia una convencional intriga de venganza, presentada como un sangriento y delirante pastiche a lo Tarantino, con toques al estilo Coen, pero sin la potencia visual del primero ni el negro sentido del humor de los segundos. Aquí es todo más tosco y banal.
Agente contrainteligente
The Brothers Grimsby
Director: Louis Leterrier. Guion: Sacha Baron Cohen, Phil Johnston y Peter Baynham. Intérpretes: Sacha Baron Cohen, Mark Strong, Isla Fisher, Rebel Wilson, Penélope Cruz, Gabourey Sidibe, Ian McShane. 83 min. Adultos. (VXD)
Un implacable agente del MI6 británico (Mark Strong), del grupo de operaciones especiales, descubre que tiene un hermano (Sacha Baron Cohen) muy diferente a él, Se trata de un inculto fanático del fútbol, cuyo carácter extrovertido y caótico le lleva a protagonizar disparatados altercados.
Como buen discípulo de Luc Besson, el parisino Louis Leterrier (Transporter y su segunda entrega, Ahora me ves…) se luce en las epilépticas secuencias de acción de esta disparatada parodia de los filmes de James Bond. Pero el infumable guion de Sacha Baron Cohen, Phil Johnston y Peter Baynham rompe constantemente el ritmo con gags progresivamente más obscenos y escatológicos, cuya posible incorrección política se sacrifica en el altar de un humor primario y facilón.