En los países más desarrollados, donde son pocos los analfabetos, todavía muchas personas no comprenden fácilmente informaciones escritas de la vida diaria, o tienen dificultades para hacer cálculos matemáticos sencillos. Eso dice un informe de la OCDE (Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico) a partir de pruebas realizadas en doce países -sobre todo europeos- entre personas de 16 a 65 años.
Se trata del estudio de escala internacional más extenso hasta el momento. Las pruebas han permitido medir la «literacia», que se define como la capacidad de leer textos en prosa, interpretar datos en esquemas o gráficos, y ejecutar operaciones aritméticas. El resultado varía según los países, pero en la mayoría casi la mitad de la población (40-50%) no supera los niveles de comprensión elemental de textos que pueden encontrar en su vida profesional, en casa (instrucciones de aparatos, prospectos de medicinas…) o en los medios de comunicación. El porcentaje de adultos que tiene esa limitación es menor en Suecia (25%). En cambio, resulta mayor en Reino Unido, Irlanda y Nueva Zelanda (50%-60%) y en Polonia (75%).
El problema afecta a Estados Unidos, a Canadá y a Europa (Francia no ha participado en la encuesta porque considera demasiado «anglosajones» los criterios). Los países menos mediocres son Suecia -con diferencia-, Holanda y Alemania.
El informe de la OCDE, realizado con una muestra de 450.000 personas, concluye que al menos uno de cada cuatro adultos de estos países desarrollados no alcanza «el nivel mínimo de competencias requeridas para desenvolverse correctamente ante las exigencias complejas de la vida cotidiana y del trabajo». Los perjuicios para ellos aumentan a medida que las sociedades dependen más de las tecnologías informativas y que los empleos poco cualificados tienden a disminuir.
Una solución propuesta por la OCDE es ampliar la oferta de «escuelas de segunda oportunidad» o las «universidades populares» (características de Alemania) donde los adultos mejoren estas capacidades básicas. No obstante, la escasez de estas instituciones tampoco parece demasiado grave, pues el informe, con una nota de optimismo, señala que muchos adultos son capaces de adquirir un nivel suficiente de alfabetización por otros medios que no supongan pasar un largo periodo educativo en escuelas.
Por ejemplo, en Alemania y Suecia más de la mitad de las personas que no han completado la enseñanza secundaria consiguen estar en el nivel medio y superior de la clasificación. En Estados Unidos, Irlanda, Polonia y Suiza, sólo lo logra un cuarto de los que tienen iguales condiciones.