Los «tiempos modernos» se quedan anticuados

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El trabajo manual en cadena, ridiculizado por Chaplin en Tiempos modernos, se está convirtiendo en cosa del pasado. Este método de producción masiva es demasiado rígido para responder a las oscilaciones de la demanda y poco apropiado para dar la variedad que el público pide cada vez más. Por eso, en Estados Unidos, gran número de empresas manufactureras lo están sustituyendo por el trabajo en «células», pequeños equipos de operarios que hacen un producto o un componente de principio a fin.

Esto no es una novedad en Japón. Pero en Estados Unidos hasta ahora este método no se había adoptado a gran escala. Un informe recién publicado por la Asociación Nacional de Fabricantes revela que el 56% de una muestra de 1.042 empresas del país utilizan el sistema de células en las fábricas. El fenómeno está más extendido en las compañías grandes (75%) que en las medianas y pequeñas (40%).

De dos a cincuenta empleados componen estas células, y trabajan autónomamente con todos los materiales y herramientas necesarias al alcance de la mano. En vez de realizar una sola tarea, repetitiva y mecánica, cada operario tiene varios cometidos a lo largo del proceso de fabricación. Las células son responsables de la calidad final del producto, y en algunos sitios se encargan hasta del empaquetado.

Según el informe, la primera ventaja es que los empleados están más satisfechos con este sistema. Además, esa forma, más inteligente, de trabajar mejora la calidad del producto. El informe cita el caso de la marca de motos Harley-Davidson: desde que implantó las células en sus fábricas de motores y cajas de cambios, produce menos unidades con defectos, de modo que se ha permitido reducir el número de empleados encargados de los controles de calidad.

La fabricación es también más rápida y flexible. Si hay que hacer alguna modificación en el producto, los pequeños equipos responden con agilidad, mientras que en las cadenas se tiene que detener el proceso entero. Y como la cadena no puede reaccionar con rapidez a las fluctuaciones de la demanda, también hay que almacenar grandes reservas de productos terminados en espera de distribución. Todos esos inconvenientes se eliminan o se atenúan mucho con las células y la productividad aumenta: algunas empresas contempladas en el informe han experimentado mejoras del 20% al 25%.

De todas formas, este método tiene limitaciones. La cadena de montaje sigue siendo lo mejor para fabricar masivamente productos idénticos. El trabajo por células sólo resulta adecuado para productos -como los ordenadores- que se fabrican más con manos humanas que con maquinaria automatizada, y con herramientas relativamente pequeñas; también es preciso que la variedad de versiones pueda obtenerse mediante combinaciones de elementos sobre una base común.

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