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Los «nuevos tipos de familia», más mito que realidad

publicado
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Roma. El fenómeno de los llamados «nuevos tipos de familia» está más presente en los medios de comunicación que en la realidad. Así se desprende del séptimo Informe sobre la Familia publicado en Italia por el Centro Internazionale Studi Famiglia y coordinado por el sociólogo Pierpaolo Donati, de la Universidad de Bolonia.

Según los datos ofrecidos por el estudio, solo una persona de cada diez vive en lo que se podría denominar «nueva condición familiar». El 90% restante tiene «familias tradicionales». El cuadro siguiente muestra la situación de las «nuevas condiciones familiares» en Italia:

Del análisis de esos datos el informe concluye que la «diversificación» de la familia es, en gran parte, un mito, por tres razones fundamentales: porque el ideal de familia sigue siendo el mismo (en cuanto modelo más deseado), porque las formas que con frecuencia son llamadas «nuevas familias» no son sino condiciones familiares provocadas por la ruptura o fragmentación de la familia y porque las «uniones libres», en todas sus formas, no son una alternativa o un equivalente funcional a la familia sino otro tipo, sustancialmente diferente, de relaciones primarias.

El informe pone de relieve que al hablar de familia existen dos ambigüedades en las que se cae frecuentemente: la primera es usar el término «familia» para todas las formas de convivencia, y la segunda, el prejuicio evolucionista de pensar que se va necesariamente hacia formas diversas de la que se suele definir «familia tradicional». Los autores del estudio proponen, pues, distinguir entre la familia y otras formas de vida en común. La familia se caracteriza por dos cualidades esenciales: el encuentro entre lo masculino y lo femenino en la alianza de pareja, y la dimensión generativa que se ejerce en la responsabilidad de ser padres.

Por lo que se refiere al prejuicio de considerar la pluralidad de formas familiares como un fenómeno contrapuesto al de la familia normal, los sociólogos sostienen la hipótesis de que la diversificación -fenómeno también presente en los siglos pasados- es un proceso de adaptación que los sistemas familiares llevan a cabo ante desafíos internos o externos. Esa adaptación puede llevar a privilegiar el «más familia» o el «más individualidad». Para articular esta pluralidad se señala también que es preciso distinguir entre familia en sentido propio, familia en sentido analógico (familias de hecho, basadas sobre semejanzas efectivas pero incompletas) y familias en sentido metafórico (basadas en puras semejanzas, como las uniones o convivencias entre cualquier tipo de personas).

Diego Contreras

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