Los católicos en Bosnia

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El arzobispo de Sarajevo, Card. Vinko Puljic, explica en declaraciones a Le Monde (París, 23-V-95) las relaciones de los católicos con ortodoxos y musulmanes en Bosnia.

– ¿Cómo se ve la situación de Sarajevo sobre el terreno?

– Sarajevo se ha convertido en un campo de concentración. Hasta los animales domésticos en Occidente tienen más derechos -vivir, comer o moverse- que los que tenemos nosotros. Pero quisiera ante todo llamar la atención de la comunidad internacional sobre la situación de la diócesis de Banja Luka, que desde hace unos días es dramática. Ya han huido 55.000 croatas y aumenta la presión para expulsar a los 14.000 que permanecen aún.

Todos los días hay ataques contra iglesias, mo-nasterios, casas parroquiales, que son incendiados o transformados en cuarteles. En total, se han destruido cincuenta y siete iglesias. Hace una semana, en Presnace, un sacerdote y una religiosa murieron abrasados. Muchas personas pasan la noche en los bosques, porque las matanzas tienen lugar en las mismas casas.

– ¿Cómo van sus relaciones con la Iglesia ortodoxa serbia?

– Estamos sorprendidos por la actitud de la Iglesia ortodoxa serbia, que resulta preocupante. Nosotros esperábamos que intervendría sobre la base de nuestra fe común y de la moral. Pero, cuando la comunidad internacional anunció que juzgaría a Karadzic o a Mladic, el patriarca Pavle de Belgrado fue a reconfortarles. Se leen también declaraciones de responsables ortodoxos que incitan a continuar la guerra. No comprendemos esta actitud. La Iglesia católica vive en el seno de un pueblo, pero no se identifica nunca con la política que se lleva a cabo en nombre de ese pueblo.

A pesar de esta incomprensión, debemos todavía intentar reunirnos, evitar el apasionamiento, construir puentes, tomar como punto de partida de la discusión los principios de la fe cristiana y de la moral, no los de la política. Propusimos una nueva reunión, en Banja Luka, entre responsables de todas las comunidades espirituales, pero los ortodoxos no acudieron. Su visita habría sido un modo de reconocer la realidad del Estado bosnio.

– ¿El conflicto entre croatas y musulmanes ha alterado sus relaciones con las autoridades religiosas musulmanas?

– Desde el comienzo de la guerra hemos tenido contactos regulares con los musulmanes. La Iglesia católica nunca ha hecho una declaración contra la comunidad musulmana, mientras que la asamblea de los imanes de Bosnia-Herzegovina acaba de publicar un texto que incita al odio contra nosotros. Es verdad que la comunidad musulmana se debate entre conflictos de identidad, con las influencias diversas de los países árabes, con los problemas planteados por la ayuda alimentaria. Por mi parte, continúo reuniéndome con el rais-el-ulema, tan a menudo como con el jefe de la comunidad judía de Sarajevo. Yo no voy a apartar la mano. No me cansaré de hacer llamadas a la reconciliación, porque creo en la victoria de la verdad sobre la mentira, del bien sobre el mal.

– ¿Qué piensa la Iglesia católica respecto a la solución política de la crisis en Bosnia?

– La Iglesia católica ha aceptado lo que ha sido proclamado por la comunidad internacional, que ha reconocido a Bosnia-Herzegovina como un Estado independiente. La Iglesia católica sabe que se trata de un Estado multiétnico, multicultural y pluriconfesional. Por ello, estima que este Estado debe organizarse de manera que haya una equidad entre todas las comunidades. Esta es la idea que he defendido desde el comienzo de la guerra.

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