Las verdaderas causas del hambre en Somalia

Fuente: Le Post
publicado
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La hambruna afecta a casi 13 millones de personas en el Cuerno de África (Somalia, Etiopía, Kenia y Yibuti). Y aunque está quedando en un segundo plano ante los problemas de la crisis financiera en Europa, es un drama humano más mortífero que las revueltas en Siria o en Libia.

La sequía más grave de los últimos 60 años ha sido el factor desencadenante de esta tragedia. Pero otras causas explican porqué sobre todo en Somalia esta hambruna no ha podido ser abordada: “Las guerras tribales locales y la ausencia de Estado, y por lo tanto la carencia de protección de las poblaciones civiles y también de las ONG que están sobre el terreno, cuya seguridad no está garantizada, y que tienen grandes dificultades para hacer llegar la ayuda alimentaria”. “Veinte años de guerra civil mantenida por la milicia islamista Shebab no han permitido durante varios años a las organizaciones humanitarias internacionales ayudar a la población víctima del desastre”.

Sylvie Brunel, geógrafa y ex presidenta de Acción contra el Hambre, explica en Le Post que, a diferencia de Somalia, otros países afectados por la sequía han logrado controlar el hambre. “El hambre en Somalia resulta de la desorganización total del país, no afecta a las regiones en las que el Estado ha vuelto a estar presente. El problema es que las políticas de prevención de las crisis alimentarias, que funcionan por ejemplo en el oeste del Sahel (Burkina Faso, Malí, Mauritania e incluso Níger) fracasan en las regiones somalíes del Cuerno de África por falta de infraestructuras, de inversiones agrícolas y, hay que decirlo, por falta de consideración hacia estos pueblos, que no cuentan políticamente en los países donde habitan”.

“Las crisis no se producen hoy –afirma Brunel– en los países tradicionales del hambre, que han puesto en práctica políticas de gestión de las reservas alimentarias, de compras preventivas y de distribución de alimentos a los más vulnerables, con ayuda de las ONG y de Naciones Unidas. Hoy día se sabe perfectamente frenar una crisis alimentaria que comienza, a condición de intervenir a tiempo. Pero para eso hace falta no solo poder, sino querer. La voluntad política falla cuando el Estado no funciona –como ocurre en Somalia– o cuando no considera la prevención como una prioridad para ciertas poblaciones –es el caso de Kenia–”.

Entre otras cosas, para prevenir las crisis alimentarias habría que aumentar la ayuda pública al desarrollo destinada a la agricultura. En Somalia, menos del 1% de esta ayuda se destina a la agricultura, un poco menos del 7% en Etiopía y en Kenia.

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