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Las relaciones entre católicos y ortodoxos en Rusia

publicado
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El arzobispo católico de Moscú, Mons. Tadeusz Kondrusiewicz, hace unas declaraciones a la agencia Zenit (13 marzo 2005) sobre las relaciones con los ortodoxos.

«La relación de la Iglesia católica con muchas Iglesias ortodoxas es difícil, pero hay muchas cosas buenas». Mons. Kondrusiewicz cita algunas iniciativas conjuntas, como una próxima conferencia en Moscú (13 de abril) sobre el Concilio Vaticano II, organizada por la Iglesia católica y un Instituto Bíblico Teológico ortodoxo.

Sobre la frecuente acusación ortodoxa a los católicos, el arzobispo subraya que «no tenemos ninguna política proselitista». Hay que «reconocer la voluntad de las personas que quieran ser católicas», pero «esto no es proselitismo». Para facilitar el entendimiento, se ha creado una comisión mixta católico-ortodoxa que estudia casos concretos considerados de proselitismo por el patriarcado. Ahora bien, todavía «hay obstáculos, sobre todo las acusaciones de invasión del territorio canónico ortodoxo».

En cuanto a la vida de la Iglesia católica en Rusia, Mons. Kondrusiewicz resalta la necesidad de adaptarse a la mentalidad del país: los iconos, las ceremonias prolongadas… «Celebraciones dominicales de treinta o cuarenta minutos… ¡es poco! La gente quiere liturgias de una hora y media o más». Y ha crecido la participación de fieles: «En Moscú, hace quince años, los domingos sólo había dos misas: en San Luis de los Franceses y en la embajada estadounidense. Hoy hay 27 misas en 12 idiomas. Muchos de los que participan en ellas son jóvenes, algunos rusos y otros extranjeros. Como sólo tenemos dos iglesias, tenemos que celebrar la misa en las embajadas (…). Los jóvenes son muy dinámicos. Es fácil organizar actividades y se ofrecen sin problemas como voluntarios».

¿Es difícil para los religiosos establecerse en Rusia? «En Rusia ya hay religiosos, pero es difícil que puedan tener personalidad jurídica. La ley rusa no distingue entre parroquias o comunidades religiosas y para registrarse hay que tener un mínimo de diez personas rusas. Esto significa que para abrir una comunidad monástica debe tener al menos diez rusos que vivan en la ciudad. Este problema se resolverá con vocaciones rusas. La ley, sin embargo, reconoce otros modos de existencia, como los grupos de oración. Pero no tienen personalidad jurídica. Además de los religiosos, hay otros muchos grupos o comunidades en Moscú, San Petersburgo y otras ciudades: Neocatecumenales, Focolares, Comunión y Liberación…»

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