La subida del precio del papel, amenaza para las editoras

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En la industria del papel en Europa sigue el pulso entre las industrias proveedoras de pasta de papel -que continúan aumentando los precios-, y los clientes (editoras, imprentas, industrias del cartón, etc.) que llevan meses moderando sus pedidos.

La industria papelera había calculado que el consumo aumentaría al menos hasta finales de 1996. Pero los principales grupos internacionales -reunidos esta semana en París- han reconocido que los pedidos vienen disminuyendo desde el segundo trimestre de este año, y han bajado más durante el verano. Algunos creen que se trata de un ajuste pasajero: los clientes, que han estado acumulando papel durante 1994 en prevención de nuevas subidas del precio, han decidido usarlo para evitar gastos financieros. En cambio, otros piensan que la demanda está realmente bajando.

Por su parte, las productoras de pasta de papel no parecen temer la situación. Al contrario, han anunciado otra subida de precios: el próximo 1 de octubre la tonelada de pasta de papel de referencia costaría 1.000 dólares. El precio -el mayor desde 1974-se ha multiplicado por 2,5 desde diciembre de 1993, en que costaba 390 dólares. Y, tras el alza de precios de la pasta de papel, subirá posiblemente el del papel, pues las industrias transformadoras desean conservar los márgenes de beneficio.

En general, la mayoría de los grupos papeleros tienen una buena salud económica. No obstante, en los mercados financieros la ratio precio-beneficio de las grupos papeleros escandinavos ha descendido de 7 a 4 desde 1988. Y, en Estados Unidos, las acciones papeleras, que subieron el año pasado, comienzan a estancarse.

Ante esta situación, algunos grupos han reaccionado fusionándose con otros. El pasado 11 de septiembre se anunció la fusión de dos grupos finlandeses, Repola y Kimmene, que pasa a ser el de mayor volumen de negocios en Europa y el quinto del mundo (a la cabeza están cuatro grupos estadounidenses). En el tercer puesto mundial figuran las americanas Kimberly Clark y Scott Paper, fusionadas el pasado julio.

Frente a la disminución de la actividad comercial de algunos grupos europeos, la producción canadiense sigue boyante. Su industria representa el 30% del comercio mundial de la pasta de papel y el 25% de las ventas mundiales de papel prensa. Lise Lachapelle, presidenta de la asociación canadiense de pastas y papel, ha explicado al diario francés Le Monde (14-IX-95) que la demanda sigue siendo especialmente fuerte en algunos países de Asia, y que el futuro de los grupos canadienses del sector dependerá especialmente de América latina y del sudeste asiático.

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