La inmigración de enfermeras no encuentra obstáculos

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La ley de inmigración que se debate en el Congreso de EE.UU. quiere frenar la entrada de inmigrantes ilegales. Pero una disposición incluida en la legislación aprobada en el Senado quita el límite a la entrada de enfermeras, que el país necesita con urgencia. La nueva ley que se prepara en Francia, en busca de una «inmigración escogida», implantará un sistema de puntos para seleccionar inmigrantes en función de su cualificación y de las necesidades del país (cfr. Aceprensa 18/06). En Gran Bretaña ya se aplica un sistema de este tipo para favorecer la entrada de personal especializado que escasea, entre ellos médicos y enfermeras (cfr. Aceprensa 34/06). Esta tendencia ha dado lugar a quejas de expertos en salud pública, que lamentan que los países ricos están atrayendo al personal sanitario formado a expensas de los países del Tercer Mundo.

El éxodo de personal sanitario hacia los países ricos está desangrando a los sistemas sanitarios de países pobres, que ya de por sí no están sobrados de personal. Según explicaba el pasado abril el jefe de la lucha contra el sida en la Organización Mundial de la Salud (OMS), Kevin de Cock, el mayor obstáculo en el África subsahariana es que «falta un millón de trabajadores sanitarios». Paradójicamente, según señalaba el comunicado de la OMS, la región pierde cada año 20.000 médicos y enfermeras, que emigran a países desarrollados donde ganan mucho más.

En los hospitales de EE.UU. hay un déficit de 118.000 enfermeras, y el gobierno prevé que para 2020 harán falta 800.000, según datos que cita «The New York Times» (24-05-2006). Lo curioso es que en este caso no puede decirse que las enfermeras de fuera vienen para hacer un trabajo que no quieren los nacionales. El año pasado las 1.100 escuelas de enfermería que forman parte de la National League for Nursing tuvieron que rechazar por falta de plazas a 150.000 solicitantes. Uno de los principales problemas es la falta de profesorado en las escuelas, ya que es más rentable ejercer la enfermería que enseñarla.

La Asociación Americana de Enfermeras, que representa a 150.000 enfermeras registradas, piensa que el Congreso debería dedicar más fondos para la formación en las escuelas de enfermería del país, en vez de la cómoda política de traer enfermeras formadas fuera. Actualmente, de 12.000 a 14.000 enfermeras emigran anualmente a EE.UU., tras pasar un examen sobre sus conocimientos de inglés y su cualificación. En 2005, el Congreso dio luz verde a 50.000 visas para la entrada de enfermeras y de sus familias. Pero probablemente estas visas se habrán agotado ya el próximo año, con lo que el Senado ahora propone quitar todo límite.

EE.UU. recluta enfermeras extranjeras sobre todo en Filipinas (casi 4.600 pasaron el examen de cualificación en 2005) y en la India (2.330). No hay que hacer grandes esfuerzos para atraerlas: una enfermera filipina tiene un salario inicial en su país de unos 2.000 dólares, mientras que en EE.UU. ganará al menos 36.000. Y si EE.UU. necesita reclutar 800.000 antes de 2020, es de temer que con la chequera en la mano arrebate las enfermeras de los países del Tercer Mundo.

También Gran Bretaña busca enfermeras de cualquier parte. En algunos casos se trata de países que tienen un superávit de enfermeras y una buena formación, como España, con quien tiene un convenio de colaboración desde 2001 para contratar a médicos y enfermeras. Pero también atrae a enfermeras de países africanos de habla inglesa (Ghana, Malaui, Sudáfrica…) que ven cómo sus sistemas sanitarios se quedan desasistidos. Y muchos de estos países empiezan a pedir compensaciones, ya que afirman que están subsidiando a los países ricos. Por eso el año pasado Gran Bretaña dio 100 millones de dólares para aumentar los salarios de enfermeras y del personal paramédico de Malaui.

Iniciativa de la OMS

Para salir al paso de este problema, la Organización Mundial de la Salud ha anunciado el 25 de mayo una alianza entre países industrializados, países en desarrollo y donantes (Global Health Workforce Alliance) con el fin de superar la escasez de enfermeras, médicos y demás personal sanitario. Este programa buscará financiación directa para las instituciones que forman al personal sanitario. También promoverá la asociación entre centros de formación de países industrializados y de países en desarrollo, con intercambio de profesores y alumnos.

Según la OMS, hay un déficit importante de personal sanitario en 57 países, de los cuales 36 son del África subsahariana. Para cubrir este déficit se necesitarían cuatro millones más de médicos, enfermeras, comadronas, gestores y otro personal sanitario.

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