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La encíclica sobre la Eucaristía aviva en Alemania el debate sobre las concelebraciones ecuménicas

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Los protestantes la consideran una constatación de que entre ambas Iglesias existen diferencias en torno a la concepción del ministerio sacerdotal

Berlín. La nueva encíclica Ecclesia de Eucharistia (ver servicio 57/03) ha suscitado numerosas reacciones en Alemania, país en el que 27 millones de católicos conviven con un número similar de luteranos y en el que, por ello, el debate sobre el ecumenismo está siempre a la orden del día. La discusión en torno al documento papal se ha centrado principalmente en los puntos en los que Juan Pablo II pide a los católicos que, para evitar cualquier ambigüedad sobre la naturaleza de la Eucaristía, se abstengan de participar en la celebración de la Cena del Señor llevada a cabo en otras Iglesias y reitera la prohibición de concelebrar la liturgia eucarística con fieles de otras confesiones.

En este aspecto la encíclica no hace sino recordar la doctrina católica ya vigente. Sin embargo, en Alemania tiene un cariz especial en vista de que católicos y protestantes celebrarán del 28 de mayo al 1 de junio en Berlín la primera Jornada Ecuménica de las Iglesias, encuentro promovido por las principales Iglesias alemanas y en el que tendrán lugar numerosos eventos, como conferencias, seminarios o exposiciones.

En los últimos años ha habido un intenso debate en torno a si en dicho encuentro es posible la «intercomunión» entre católicos y protestantes. Esto fue rechazado ya por la Conferencia Episcopal Alemana en un documento específico. Sin embargo, grupos católicos autodenominados reformistas, como por ejemplo «Somos Iglesia», perseveran en su intención de invitar a luteranos a comulgar en una Misa católica y a católicos a participar en la celebración de la Última Cena protestante, en el marco de la Jornada Ecuménica.

Como era de esperar, dichos grupos han rechazado la encíclica en duros términos, considerándola un golpe contra el ecumenismo. En un comunicado conjunto, «Somos Iglesia» e «Iglesia de base» afirman que el documento papal es una «advertencia» a pocas semanas de la Jornada Ecuménica y lamentan especialmente que «sin prestar atención a todos los avances teológicos y a las necesidades pastorales en las comunidades, Roma persiste en un concepto eucarístico centrado en el sacerdote».

Comprensión de los luteranos

Por el contrario, en un tono mucho más moderado que el utilizado por estos últimos grupos, el prefecto de la Iglesia luterana, Manfred Kock, consideró que la nueva encíclica «no es ningún golpe» contra el ecumenismo sino la constatación de que entre ambas Iglesias hay diferencias en torno a la concepción del ministerio sacerdotal y que debido a ello no es posible una celebración conjunta de la Cena del Señor. «Vivimos en desacuerdo desde hace siglos y si comparamos la situación actual con todo lo que no se podía hacer hace cincuenta años, ha habido grandes cambios», afirmó Kock en declaraciones a la radio pública alemana WDR. Según el líder protestante, pese a que católicos y luteranos no podrán celebrar juntos la Eucaristía en la Jornada Ecuménica, hay muchas otras cosas que podrán hacer conjuntamente.

Mientras, la Conferencia Episcopal Alemana, en un comunicado emitido por su presidente, el cardenal Karl Lehmann, afirma que para conseguir la meta final de sentarse juntos en la Mesa del Señor se necesita «no sólo más tiempo, sino también superar algunos grandes obstáculos». «Es bueno que sepamos esto antes de la Jornada Ecuménica de las Iglesias en Berlín», señaló Lehmann, que dio las gracias al Papa en nombre de los obispos alemanes «por esta palabra de aclaración teológica, ánimo espiritual y muestra del camino ecuménico».

También ha mostrado su agradecimiento por la encíclica el Comité Central de los Católicos Alemanes, organización de laicos que suele ser fuertemente crítica con las decisiones del Papa. «Nos sentimos animados por las palabras del Papa Juan Pablo II sobre la espiritualidad católica y sobre la necesidad de continuar realizando esfuerzos ecuménicos», afirmó en un comunicado su presidente, Hans Joachim Meyer.

El diario liberal de izquierdas Süddeutsche Zeitung (17-IV-2003) considera que no es ninguna sorpresa que el Papa no permita la celebración de una Eucaristía interconfesional y señala que la Conferencia Episcopal Alemana ya mostró su negativa a una celebración así en la Jornada Ecuménica. Además, el rotativo dice que Ecclesia de Eucharistia «no es un documento antiecuménico», ya que no utiliza un tono duro, y pone de manifiesto que la encíclica es un testimonio personal de un Papa que ama la Eucaristía. «Nunca un Papa ha adoptado en una encíclica, es decir en un documento magisterial oficial, un tono tan personal como el Papa Juan Pablo II en su texto sobre la Eucaristía (…). En Ecclesia de Eucharistia se puede leer mucho sobre Karol Wojtyla, el místico que profundiza en el Misterio de la Fe, en el Mysterium Fidei», asegura el Süddeutsche.

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