La democratización de lo exclusivo

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Se acortan las distancias entre celebrities y mujeres normales, entre diseñadores y empresarios de moda low cost, entre críticos y bloggers

Hasta hace poco tiempo los gurús de la moda eran los grandes diseñadores, a veces arbitrarios y excéntricos, que marcaban esas tendencias de temporada seguidas con fervor por las víctimas de la moda, y con mayor o menos vehemencia por los demás mortales.Sin embargo, algo ha cambiado, porque estos creativos inquietos, atentos a los signos de los tiempos y generadores de los cambios, comienzan a mezclarse con los mortales, de manera que se está generando una simbiosis, obligada y tácita a un tiempo, entre la calle y las pasarelas.

No hace muchas décadas -aunque pertenezcan a un siglo y un milenio distinto del actual- las pautas de la moda eran corsés donde todos mal que bien nos embutíamos. Faldas evasé a la cintura, pantalones de campana, cazadoras de cuero negro… Hoy nos hemos liberado de las apreturas, vivimos en una sociedad global, mestiza y democrática, y esa igualdad de acceso y de oportunidades también ha llegado a la moda. Se lleva todo y lo llevan todos.

Hay quien denomina a este fenómeno “democratización de la moda”, un concepto que surge con el nacimiento de empresas low cost como las españolas Zara y Mango, expertas en clonar las pasarelas, o la sueca H&M, pero que en los últimos tiempos ha derivado hacia el “nuevo lujo accesible” o “la democratización de lo exclusivo”.

Incluso las celebrities se están sumando a la moda de incluir en su vestuario, junto a piezas inaccesibles, otras de tiendas baratas

Ágatha Ruiz de la Prada consideraba recientemente en Expansión que se ha producido un cambio en los hábitos de los consumidores: “Antes la gente quería ropa barata, ahora pide ropa barata y de firma”. Prueba de ello es el éxito de campañas como las de H&M, que eventualmente lanza colecciones de grandes diseñadores, como Karl Lagerfeld, Stella McCartney, Viktor&Rolf, Roberto Cavalli, Lanvin, o próximamente Versace.

Las celebrities se visten de Zara

Incluso las celebrities se están sumando a la moda de incluir en su vestuario, junto a piezas inaccesibles para el común de los mortales, otras de tiendas baratas. Es el caso de Kate Middleton, duquesa de Cambridge, y su vestido azul eléctrico de Zara, o Natalie Portman, imagen de Dior, y su vestido blanco de encaje de H&M.

¿Qué les lleva a tal promiscuidad impensable hace unos años?, ¿qué les impulsa a elegir un clon cuando podrían tener un original? Quizá la crisis, que alcanza ya a las altas esferas; la necesidad de mostrar al público una actitud socialmente responsable, la calidad de los diseños, o la accesibilidad de los artículos. Lo cierto es que este hecho permite a la mujer media soñar en vestir como una actriz, una princesa o una modelo.

Cabría preguntarse si es lícita toda esta avalancha de clones. No parece muy ético. Sin embargo, pocos son los diseñadores que protestan, probablemente porque la existencia de copias publicita el original, porque en esa jungla de los clones lo auténtico se convierte en una pieza codiciada, y porque de ahí surgen después relaciones comerciales como las líneas low cost para H&M mencionadas. Si no puedes con tu enemigo, únete a él.

Se puede ir a la moda y no tener estilo, y tener estilo sin necesidad de seguir al dictado la moda

Las distancias se acortan. No sólo entre celebrities y mujeres normales, ni entre diseñadores y empresarios de moda low cost, sino también entre críticos y bloggers, entre modelos profesionales y modelos improvisadas. Otra señal de democratización.

El ataque de los bloggers

La red está repleta de blogs de moda, profesionales o no, algunos de ellos con tanta o más relevancia y popularidad que determinadas revistas.

En este extraño ecosistema, se producen simbiosis e incluso parasitismos. Muchas revistas se nutren de bloggers como www.thesartorialist.com y Hanneli Mustaparta (www.hanneli.com), o, en España, Mireia Oller (www.mydailystyle.es) o María León (www.elblogdemarialeon.com), relaciones públicas de Pedro del Hierro. Muchos de estos bloggers han recibido propuestas profesionales o incluso viven de sus páginas personales.

La influencia de estos bloggers no es baladí. Escriben sobre moda, tienen una fotografía impecable en muchos casos, se relacionan entre ellos, participan en foros de debate, son consultados y seguidos por mucha gente y su análisis da muchas pistas de los gustos, las tendencias y las necesidades de la calle. Prueba de ello es que, cada vez se presta más atención al streetstyle, más allá del trabajo de coolhunter.

Las chicas escuálidas de la talla 34 ó 36 ya no son las únicas modelos a seguir. Hanneli o Mireia son admiradas también como tales por su buen gusto y están más cerca de la media. Sus estilismos son asequibles, originales y tienen armonía y equilibrio. Están sacando a la luz la belleza y la capacidad creativa de la gente de la calle.

El estilo es la tendencia

Youcef Nabi, presidenta de Lancôme International, cree que “lo importante es que cada uno tenga su criterio de belleza y sepa sacar lo mejor de sí mismo, y esta variedad –asegura– es algo que la industria ha tenido que aprender del mestizaje que se observa en la calle. La industria y la publicidad todavía no se ajustan a la realidad. Creo que el sentido de la corriente tendría que girar más a la inversa, de abajo arriba, y no que desde arriba se siga imponiendo la estética. Sería interesante que la publicidad reflejarano su propio mundo, sino el de la gente corriente”.

Hoy en la calle se lleva todo: shorts, faldas hippies, faldas midi plisadas; peep toes, bailarinas; pantalones altos, bajos; flores, rayas, lunares; los años veinte, cincuenta, ochenta, noventa… La tendencia actual no es ir a la moda sino vestir con estilo, y eso es un triunfo. Ya lo decía Cocó: “la moda cambia, el estilo permanece”.

Conscientes de la propia imagen

El estilo es reflejo exterior de la elegancia interior. Aunque a veces no lo parezca, todo indica que cada vez somos más dueños de nuestro modo de mostrarnos según requiera la ocasión.

Estamos tomando posesión de la moda, siendo más conscientes de nuestra imagen. Por eso, los consumidores pedimos a los diseñadores que dejen al margen excentricidades y nos muestren todo su talento: que se tomen en serio el reto de vestirnos como necesitamos en cada ocasión: con estilo, sofisticación, comodidad, originalidad, humor.

Agradecemos las tiendas online, con sus propuestas de catálogo, sus posibilidades de crear el vestuario, con su facilidad para comprar por Internet. No sólo Asos, que únicamente vende online (por cierto, integrando con acierto una línea “curves” para mujeres de tallas grandes), sino Zara y todo el grupo Inditex, Mango, Topshop, etc.

En este sentido, la marca gallega ha sabido adecuarse a los tiempos rápidamente. Además de continuar abriendo tiendas por el mundo, hace un seguimiento diario de las prendas más demandadas por los clientes, renueva el género, clona rápidamente las pasarelas y tiene un catálogo online inmejorable. Quizá por eso hasuperado por primera vez a la sueca H&M en bolsa. Y todo sin publicidad y con la mayor discreción.

La moda es arte, y como tal es legítimo que sea exclusiva. También es negocio y comunicación. Un fenómeno cultural que gira alrededor de la necesidad básica de proteger y cubrir el cuerpo, unida al impulso humano de expresarse, de crear y de sentirse vinculado y reconocido.

La moda es modo, creación, novedad. El estilo es expresión de la personalidad a través del vestido.Moda y estilo conviven pero no se identifican. Se puede ir a la moda y no tener estilo y tener estilo sin necesidad de seguir al dictado la moda.

Hoy todos queremos –y podemos- ir a la moda, con estilo, y bajos precios.

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