El rabino Jonathan Sacks es un convencido de que las diferencias entre religiones y culturas, más que un estorbo para la paz y el progreso del mundo, son una oportunidad para la armonía entre los seres humanos y para hallar el rostro de Dios. “Abraham encuentra a Dios cuando invita a tres extranjeros a pasar a su tienda”, escribía el intelectual británico en “La dignidad de la diferencia: Cómo evitar el choque de civilizaciones”, en 2002.
Precisamente por esa perspectiva, que trasciende la estrecha visión “tribal” –tan propia de la naturaleza humana– y que se ancla en la diversidad, la John Templeton Foundation acaba de otorgarle a Lord Sacks el
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