Holanda teme perder la adopción de niños extranjeros

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Holanda teme perder la adopción de niños extranjeros
Un informe muestra que ninguna legislación admite la adopción por parejas homosexuales

Amsterdam. La práctica de la adopción en todo el mundo da preferencia a la pareja formada por hombre y mujer, según un estudio realizado por los departamentos de psiquiatría infantil y juvenil de la Universidad Erasmus de Rotterdam. El informe fue encargado por el Ministerio de Justicia, dentro de la revisión del derecho de familia, en el que se había planteado la posibilidad de adopción por parte de homosexuales.

El proyecto de ley «Formas de vida y derecho familiares», aún en trámite, equipara las uniones de hecho al matrimonio, pero no considera como matrimonio más que el contraído entre hombre y mujer (cfr. servicios 119/95 y 57/96). El tema de la adopción todavía está pendiente. El Parlamento pidió al gobierno un estudio de la legislación extranjera respecto a la adopción por parte de una persona sola o una pareja de homosexuales.

El informe de la Universidad de Rotterdam, comunicado al Parlamento este mes de marzo, afirma que la adopción por parte de una pareja del mismo sexo no está prevista en ninguna legislación del mundo. Tampoco en los EE.UU., aunque en dos de los 50 Estados la jurisprudencia lo ha admitido, y en tres Estados el Tribunal Supremo ha aceptado que la compañera de la madre biológica del niño pueda adoptarlo, pero sin que ésta pierda sus derechos. El informe deja claro que la práctica de la adopción en todo el mundo da preferencia a la pareja formada por hombre y mujer, y que la adopción por parte de una sola persona apenas se da.

La Subsecretaria de Justicia, E. Schmitz, no quiere prohibir la adopción por una sola persona. Pero, como los niños susceptibles de ser adoptados proceden en su inmensa mayoría del extranjero, teme que la comunidad internacional se resista a la adopción de niños por holandeses. Como en el país de origen se informa de qué tipo de familia va a adoptarlos, el rechazo a un solo padre o a la pareja del mismo sexo vendrá de allí.

De hecho, incluso países como Noruega y Dinamarca, que reconocen jurídicamente las uniones entre homosexuales, rechazan la posibilidad de adopción. Y los intentos de equiparar las uniones homosexuales al matrimonio están suscitando una reacción internacional contraria.

El año pasado, el Congreso norteamericano aprobó una ley, firmada por Clinton, que permite a los Estados no dar valor legal a las uniones homosexuales en caso de que se admitieran en otros Estados (cfr. servicio 153/96).

Carmen Montón

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