Filantropía: no es oro todo lo que reluce

publicado
DURACIÓN LECTURA: 3min.

El pasado 26 de junio el millonario Warren Buffett hizo público su deseo de donar casi toda su fortuna a la Fundación Gates creada por uno de los pocos hombres más ricos que el propio Buffett. Aproximadamente 37.000 millones de dólares del total de 44.000 en que se cifran las riquezas de Buffett irán a parar a la organización que fundó Bill Gates y en la que él y su esposa trabajan. La noticia, buena en muchos sentidos, debe ser vista con bastante precaución como ya lo han señalado al otro lado del Atlántico diversos líderes del movimiento provida.

Que un millonario decida dejar casi toda su fortuna a una entidad no lucrativa es algo que puede parecer excepcional. Pero es bastante habitual al otro lado del Atlántico, donde en el argot de los «captadores de fondos» («fund-raisers») las denominadas «donaciones planificadas» («planned donations or gifts») son el pan nuestro de cada día.

Efectivamente, en el caso español la propia legislación dificulta estas donaciones pues protege los intereses de los herederos legales (el famoso tercio de legítima, el de libre disposición y el de mejora). Pero, al otro lado del Atlántico, no sólo la ley permite que se haga sino que hay toda una cultura que lo favorece. Una cultura que entronca no sólo con una tradición filantrópica de las grandes fortunas (casi un deber), sino muy significativamente con la idea de que hay que «proteger» menos a los hijos, tanto en vida como después (incluso económicamente, algo chocante en nuestro país).

Bill Gates (ver Aceprensa 34/06) con otros afortunados reciente millonarios, muchos de ellos ligados a las nuevas tecnologías, ha promovido un nuevo modo de hacer filantrópico, muy ligado a su propia idea de empresa. Lo cual tiene muchos aspectos positivos, pues no se trata ya de «dar» por dar…, sino de dar con una mentalidad de generar un cambio real, de lo que ellos denominan «inversión social».

Tanto Gates como su esposa han demostrado que no son unos ricos ociosos, sino dos activas personas con un fuerte sentido del deber que quieren realmente contribuir a un mundo mejor. Sin embargo, tras esa actitud admirable de dedicación personal e innovación en el área filantrópica, uno puede preguntarse a qué se dedica el dinero.

Así Thomas J. Euteneuer, Presidente de Human Life International, hizo público un duro y corto comunicado el mismo día del anuncio de la donación de Buffett en el que explicaba a la opinión pública las conexiones de ambos filántropos con una de las causas curiosamente mejor financiadas de la historia por numerosas fortunas: el aborto y la planificación familiar. «El dinero de Buffet va a financiar el mortal fármaco abortivo RU 486, la producción y la distribución de aparatos portátiles para practicar abortos por succión en el mundo en desarrollo y a las organizaciones que promueven el aborto en el mundo en desarrollo, entre las cuales se encuentra el Centro de Derechos Reproductivos (CDR), un grupo de abogados con sede en Nueva York que se dedica a echar abajo las leyes que prohíben el aborto, incluyendo el horrible aborto de ‘nacimiento parcial'», se decía expresamente en el comunicado.

Pero, además, según Euteneuer, Buffet, que no es católico, había dado dinero ya a la organización anti-católica Católicas por el Derecho a Decidir (CDD), un grupo cuyo objetivo es socavar la enseñanza de la Iglesia Católica acerca de la santidad de la vida humana, mientras que la Fundación Bill y Melinda Gates también donaron a través de su Fundación millones de dólares a organizaciones que promueven el aborto en el mundo entero.

Por su parte, «The Economist» (29-06-2006), si bien no señalaba los reparos morales que los provida americanos han hecho públicos, mostraba ciertas reticencias en cuanto a la eficacia de las donaciones y las dificultades de gestionar estas entidades que con el dinero crecen, pero también se burocratizan en exceso.

Aurora Pimentel

Contenido exclusivo para suscriptores de Aceprensa

Estás intentando acceder a una funcionalidad premium.

Si ya eres suscriptor conéctate a tu cuenta. Si aún no lo eres, disfruta de esta y otras ventajas suscribiéndote a Aceprensa.

Funcionalidad exclusiva para suscriptores de Aceprensa

Estás intentando acceder a una funcionalidad premium.

Si ya eres suscriptor conéctate a tu cuenta para poder comentar. Si aún no lo eres, disfruta de esta y otras ventajas suscribiéndote a Aceprensa.