El Sínodo de los Obispos reflexiona sobre la Palabra de Dios

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Benedicto XVI inaugura la Asamblea del Sínodo de Obispos que estudiará cómo impulsar el conocimiento de la Biblia entre los fieles.

Roma. “La Palabra de Dios en la vida y en la misión de la Iglesia” es el tema central de la XII Asamblea General del Sínodo de los Obispos que Benedicto XVI inauguró el domingo 5 de octubre. Durante tres semanas, los 253 Padres Sinodales reflexionarán sobre cómo “hacer cada vez más eficaz el anuncio del Evangelio en nuestro tiempo”, de modo que la Palabra de Dios ilumine todos los ámbitos de la actividad humana.

Además del lugar de su inauguración, la Basílica de San Pablo Extramuros, con motivo del Año Paulino, y no la de San Pedro, el Sínodo presenta otras novedades con respecto a las ediciones anteriores: por primera vez el Patriarca ortodoxo de Constantinopla se dirigirá a la asamblea, y otro tanto hará un no cristiano, concretamente el rabino de Haifa, Shear Yashyv Cohen, que hablará de cómo el pueblo judío lee e interpreta la Escritura.

En la ceremonia de apertura, Benedicto XVI explicó la relevancia del tema elegido: “Todos advertimos lo necesario que es poner en el centro de nuestra vida la Palabra de Dios, acoger a Cristo como nuestro único Redentor, como Reino de Dios en persona, para hacer así que su luz ilumine todos los ámbitos de la humanidad: desde la familia a la escuela, la cultura, el trabajo, el tiempo libre y los demás sectores de la sociedad y de nuestra vida”.

El Papa añadió que “sólo la Palabra de Dios puede cambiar en profundidad el corazón del hombre y es importante, por tanto, que los creyentes y las comunidades entren en una intimidad cada vez mayor con esa Palabra”. Nutrirse de la Palabra de Dios es la tarea primaria y fundamental de la Iglesia: “si el anuncio del Evangelio constituye su razón de ser y su misión, es indispensable que la Iglesia conozca y viva lo que anuncia para que su predicación sea creíble, a pesar de la pobreza y debilidades de los hombres que la integran”.

El “Instrumentum laboris”, documento elaborado con las aportaciones de los episcopados y demás instituciones consultadas, será la guía de los debates, que se tendrán en 24 sesiones plenarias, además de otras reuniones por grupos lingüísticos. Los trabajos estarán coordinados por el cardenal Marc Ouellet, arzobispo de Québec, relator general, y por Mons. Lauren Monsengwo Pasinya, arzobispo de Kinshasa, secretario especial. En la primera sesión se hará un balance de la recepción de la exhortación apostólica Sacramentum caritatis, escrita por Benedicto XVI como fruto del Sínodo precedente dedicado a la eucaristía.

Cada participante cuenta con cinco minutos para su intervención en el aula, de la que entrega un texto escrito. Pero habrá también una hora de libre discusión, novedad introducida por Benedicto XVI en el Sínodo anterior, que queda así institucionalizada.

Los Padres Sinodales proceden de Europa (90), América (62), Africa (51), Asia (41) y Oceanía (9). No habrá representantes de China continental, pues la Santa Sede y el gobierno chino no llegaron a un acuerdo sobre este punto. Asistirán los arzobispos de Hong Kong y Macao.

Por lo que se refiere a los delegados de otras confesiones cristianas, además del Patriarca de Constantinopla, el Sínodo contará con representantes de los Patriarcados ortodoxos de Moscú, Serbia y Rumania, de la Iglesia Ortodoxa de Grecia y la Iglesia Apostólica Armenia, así como de la Comunión Anglicana, la Federación Luterana Mundial, la Iglesia de los Discípulos de Cristo y el Consejo Mundial de Iglesias. Durante la celebración del Sínodo, que concluirá el 26 de octubre, el Papa presidirá una ceremonia de canonización (12 de octubre) y una misa en el cincuenta aniversario de la muerte de Pío XII (9 de octubre).

La Biblia, día y noche

Coincidiendo con el Sínodo dedicado a la Palabra de Dios, se lanzó en Roma la iniciativa de una lectura integral de la Biblia emitida en directo por la RAI (Radio televisión italiana) desde la Basílica romana de la Santa Cruz en Jerusalén. A las siete de la tarde del mismo domingo 5 de octubre, Benedicto XVI dio inicio a este peculiar maratón en el que intervendrán 1.250 lectores de 54 países. La clausura está prevista para las 13,25 del sábado 11 de octubre, después de 139 horas de lectura.

El programa será la transmisión en directo más larga emitida en su historia por la televisión italiana. No tendrá interrupciones, sino 81 intervalos musicales. Entre los lectores figuran cristianos de varias confesiones, judíos e incluso musulmanes; gente común, eclesiásticos, políticos, personas del mundo de la cultura y del espectáculo, como el actor Roberto Benigni.

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