El PIB no siempre es riqueza

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Del aumento del PIB a la mejora de la situación económica personal va un trecho. Algo que Pedro Nueno, profesor del Instituto de Estudios Superiores de la Empresa (IESE), explica con claro humor en Actualidad Económica (27-XI-95).

(…) Mucha gente se hace la misma pregunta por aquí, porque el crecimiento del PIB parece demostrar que nuestra economía va bien, pero algunos no se lo acaban de creer sobre la base de lo que ven a su alrededor.

(…) Puede que nos estemos equivocando. Por ejemplo, si todas las señoras que viven en las puertas primeras de todos los rellanos de todas las casas de este país fuesen contratadas profesionalmente por las que viven en las puertas segundas de los mismos rellanos para atender la limpieza de sus casas y viceversa, eso produciría un salto brusco del PIB sin incremento de riqueza y con peor calidad de vida. Y si a continuación, un tercio de todos los desempleados del país sufriesen -Dios no lo quiera- un grave accidente de circulación que requiriese su entrada en cuidados intensivos, esto provocaría un nuevo importante incremento del PIB.

Si seguidamente todos los matrimonios que viven en las puertas terceras de todos los rellanos de todas las casas del país decidiesen divorciarse y requiriesen los servicios de abogados especializados, el PIB experimentaría otro incremento considerable. Si las cansadas amas de casa y las familias rotas pidiesen entonces cada día una pizza para cenar, en lugar de cocinar en casa, seguiría creciendo el PIB. Y si, finalmente, con tantas madres trabajando de repente y tantos accidentes y divorcios, un tercio de los niños menores de 10 años requiriese asistencia psiquiátrica, esto seguiría provocando incrementos muy apreciables del PIB.

(…) El PIB va sumando transacciones, tanto si a usted le facilitan la vida como si se la hacen insoportable. Y con el crecimiento del estado del bienestar de que hemos disfrutado en los últimos años hay muchas más transacciones que antes, (no importa que muchas no creen riqueza) y, por tanto, más PIB. La avidez fiscal es otro estimulante del PIB porque poco a poco va consiguiendo que algunos que se empeñaban en no sumar sus transacciones al PIB vayan civilizándose y las afloren.

Algunos economistas norteamericanos argumentan que si se midiese bien el PIB -ese PIB que al creer usted tendría que notarlo-, seguramente nos daríamos cuenta de que a la mayoría de los europeos y de los americanos hace años que no nos crece de verdad el PIB. (…)

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