Más guarderías, permiso para atender a un hijo enfermo, reinserción profesional de la mujer, mejores ayudas a la vivienda, son las medidas que el gobierno francés deberá ir poniendo en práctica para cumplir las promesas que ha hecho el primer ministro, el socialista Lionel Jospin, en la Conferencia anual de la familia celebrada el pasado junio.
Jospin anunció varias mejoras en la política familiar, especialmente dirigidas a facilitar la conciliación de trabajo y familia:
Más plazas en guarderías. El gobierno facilitará a los ayuntamientos los fondos necesarios para crear de 30.000 a 40.000 plazas de guarderías más. Actualmente, de los 2,2 millones de niños menores de 3 años, las guarderías municipales acogen al 6% y las organizadas por las propias familias, al 2%. En las guarderías públicas las tarifas varían en función de las cargas familiares e ingresos de los padres, y las peticiones desbordan con mucho a las plazas disponibles. Hay quejas por la rigidez de horarios, pues la mayoría cierran a las 18.30, cuando hay padres que todavía están trabajando.
Además de las disposiciones financieras, está en preparación un decreto sobre las guarderías, que prevé una flexibilización de los horarios, un estatuto jurídico de las guarderías familiares y una armonización de los modos de custodia de los niños.
Un nuevo permiso por hijo enfermo. La idea es ofrecer una ayuda a padres que desean cuidar a un hijo gravemente enfermo y que ahora deben recurrir a permisos sin remuneración, difíciles de poner en práctica.
Ayuda para la vivienda. Se unificarán los baremos de cálculo de ayudas para la vivienda, actualmente muy complejos. Con el nuevo sistema se trata de evitar algunos problemas actuales de familias con bajas rentas, que ven reducidas sensiblemente la ayuda para vivienda cuando el parado encuentra empleo, aunque gane poco.
Ayuda para la reinserción profesional de la mujer. Beneficiará a las que buscan empleo sin tener subsidio de paro, especialmente a las receptoras de pensión de viudedad. Se trata de darles un subsidio para permitirles organizar la guarda de los niños.
Las asociaciones familiares han acogido bien estas nuevas ayudas. Pero consideran urgente que el gobierno prolongue las prestaciones por hijo hasta los 22 años (en 1998 se pasó a 20 años y en 1999 a 21).