El eslabón sigue perdido

publicado
DURACIÓN LECTURA: 1min.

En un editorial, la revista científica francesa La Recherche (septiembre 2001) comenta, con cierta ironía, las lagunas e incertidumbres que sigue habiendo en la paleoantropología.

Afinales del siglo XIX, el anatomista holandés Eugène Dubois, inspirado por los escritos de Darwin, buscaba el «eslabón perdido» entre el mono y el hombre. Pero ¿qué buscaba? ¿Un antropopiteco, un mono-hombre, como denomina a los fósiles que descubre en Java durante los años 1890? ¿O un pitecántropo, un hombre-mono, según la terminología que adopta finalmente? (…) En el curso del siglo XX se acumulan descubrimientos, se precisa el esquema. Otras especies humanas precedieron a la nuestra, pero si se retrocedía lo suficiente en el tiempo, ganaban los monos: los ancestros del género Homo estaban en alguna parte de la familia de los australopitecos, los «monos del sur», o entre los ardipitecos, los «monos del suelo».

El año 2001 parece señalar una ruptura, con la presentación de dos nuevos homínidos tan antiguos -si no más- como los australopitecos, y cuyos descubridores sitúan, más o menos explícitamente, en el linaje humano [ver servicio 110/01]. Si descendemos de Orrorin, «hombre original», o de Kenyanthropus, «hombre keniano», entonces nuestros ancestros más lejanos que se conocen no son monos sino… ¡ya hombres! (…)

De todas formas, los fósiles no son las únicas fuentes de conocimiento: como recuerda Claudine Cohen, historiadora de la paleontología, las teorías de la evolución tienen una influencia no desdeñable en las hipótesis de hominización que se han propuesto. Pues, en definitiva, es sobre todo la evolución humana la que moviliza energías: a nadie parece inquietar que aún no se haya identificado ni un solo ancestro del chimpancé.

Contenido exclusivo para suscriptores de Aceprensa

Estás intentando acceder a una funcionalidad premium.

Si ya eres suscriptor conéctate a tu cuenta. Si aún no lo eres, disfruta de esta y otras ventajas suscribiéndote a Aceprensa.

Funcionalidad exclusiva para suscriptores de Aceprensa

Estás intentando acceder a una funcionalidad premium.

Si ya eres suscriptor conéctate a tu cuenta para poder comentar. Si aún no lo eres, disfruta de esta y otras ventajas suscribiéndote a Aceprensa.