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El Doctor Muerte murió sin “asistencia”

Fuente: MercatorNet
publicado
DURACIÓN LECTURA: 1min.

A la edad de 83 años, ha fallecido en un hospital en Michigan el!médico patólogo Jack Kevorkian, que a lo largo de su vida ayudó suicidarse al menos a 130 personas. Murió sin “asistencia”.

Kevorkian, explica Michael Cook en un blog de MercatorNet, fue un pararrayos para el!debate el!suicidio asistido en los EE.UU. desde hace décadas. Fue procesado, sin éxito, cuatro veces por complicidad en la muerte de sus “pacientes”. Su licencia para practicar la medicina le fue retirada en 1991. Por último, en 1999, un jurado de Michigan lo declaró culpable del asesinato en segundo grado de un hombre con la enfermedad de Lou Gehrig.

Envió un vídeo del!suicidio asistido a la cadena de televisión CBS. Al juez no le impresionó: “Usted ha tenido la audacia de recurrir a la televisión, mostrar al mundo lo que ha hecho y desafiar al ordenamiento jurídico a impedírselo”, dijo la juez Jessica R. Cooper. “Bien, pues, considérese detenido”.

Kevorkian fue condenado a una pena de 10 a 25 años de cárcel, pero fue puesto en libertad condicional en 2007 después de haberse comprometido a no participar en ningún!suicidio más.

Para Kevorkian, el!suicidio fue una cruzada que llevó a cabo con fulminante desprecio por los “zopencos hipócritas” que lo criticaron. “Mi objetivo final es hacer que la eutanasia sea una experiencia positiva”, dijo al The New York Times en 1990. “Apelo a la profesión médica para que acepte sus responsabilidades, y entre ellas se incluye la de proporcionar ayuda a los pacientes con la muerte”.

Los medios de comunicación lo llamaban “Doctor Muerte”, un título que parecía gustarle. Para algunos era un héroe. De hecho, la imagen de cruzado heroico se debe a sus habilidades para las relaciones públicas, no a su humanidad. Fue una burbuja sostenida por los periodistas que estaban fascinados por sus invenciones macabras y por la fascinación morbosa con la muerte e impresionados por su desafío de viejo cascarrabias a la ley. Sus colegas!médicos lo despreciaban e incluso los activistas del!suicidio asistido lo evitaban. Él se preocupaba poco por el!confort y la felicidad de sus pacientes; eran solo grano para llevar al molino de su ideología oscura. Que descanse en paz.

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