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El Centro Televisivo Vaticano ofrece sus servicios a las televisiones católicas

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Madrid. La Santa Sede ya contaba desde hacía tiempo con un periódico y una radio propias. «L’Osservatore Romano» nació en 1861, mientras que la Radio Vaticana ha cumplido en 2006 su 75 aniversario. Menos conocido es el Centro Televisivo Vaticano (CTV). Federico Lombardi, director de la Sala de Prensa del Vaticano, aprovechó el Congreso Mundial de Televisiones Católicas celebrado en Madrid este octubre para explicar las funciones del CTV y ofrecer sus servicios a las televisiones.

La ausencia de una televisión exclusiva de información sobre la Santa Sede se había paliado con las emisiones de la Radio Televisión Italiana (RAI) que ejercía su servicio público emitiendo los principales eventos eclesiásticos. Sin embargo, en 1983 el Vaticano estimó necesario crear el Centro Televisivo Vaticano.

El CVT no es una televisión al uso, es decir, no tiene una programación propia de forma regular durante un amplio espacio de tiempo. Lombardi explicó que su función básica es ser un «centro de producción» capaz de proporcionar imágenes de todo aquello relativo a la Santa Sede y al Papa para suministrarlas a las televisiones interesadas. Aunque en sus estatutos se recoge como uno de sus principales cometidos el servicio a las televisiones católicas, el CTV tiene también entre sus clientes a las grandes agencias de televisión de todo el mundo.

Lombardi aclaró que el hecho de que CTV sea un centro de producción de imágenes se debe a la falta de personal y medios económicos, que no les permite contar con los recursos que requiere una televisión de programación total. De hecho, dado que el CTV no tiene fines comerciales, no cobra por sus servicios.

El CTV retransmite en directo eventos relacionados con la Santa Sede, tales como el Angelus dominical, las audiencias generales, celebraciones litúrgicas y viajes del Papa, que en total suman casi unas 180 retransmisiones anuales. Semanalmente, la página web del Vaticano publica los acontecimientos, hora y lugar que va a cubrir el CTV y ofrece a los internautas imágenes en directo de la Plaza de San Pedro, así como grabaciones de audiencias generales y otros actos. Aunque sólo cuenta con imágenes desde 1983, el archivo del CTV reúne ya unas 15.000 cintas de video y un total de 4.000 horas de imágenes del pontificado de Juan Pablo II. El CTV también ha comenzado a producir documentales; ya se han realizado varios sobre los papas, las basílicas, el ecumenismo, etc.

Entre las producciones del CTV se encuentra un programa semanal de actualidad vaticana y eclesiástica, «Octava Dies», que dura veinticinco minutos, en lenguas inglesa e italiana y que está destinado a su emisión en las televisiones católicas. Estas televisiones católicas reciben la señal de las transmisiones a través de los canales vía satélite Telespace y Eustal Atlantic Bird o mediante la red de canales estadounidense EWTN.

Federico Lombardi afirmó que el momento de mayor magnitud de servicio tuvo lugar con el fallecimiento de Juan Pablo II y la sucesiva elección de Benedicto XVI. Sus imágenes dieron la vuelta al mundo y el trabajo de la CTV cosechó, entonces y ahora, un reconocimiento del mundo televisivo internacional.

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