El éxito que tuvo en Francia la edición en CD-ROM sobre el museo del Louvre -de la que se han vendido 140.000 ejemplares- hacía esperar un futuro dorado a los editores de CD-ROMs culturales. Pero las ventas de estos productos han bajado en el último año.
Según el gabinete GFK, los CD-ROMs culturales vendidos en 1996 en Francia fueron sólo el 15% del total, por debajo del 18% de 1995. Es decir, el año pasado se vendieron en Francia 500.000 discos de arte, documentación y cultura. La mayoría de los CD-ROMs vendidos eran juegos (56%). El resto eran educativos y ludo-educativos (15%), de uso práctico (10%) o de otro tipo (4%).
«A finales de año, todas las editoriales han reducido la variedad de CD-ROMs en venta», ha declarado a Le Figaro (26-XII-96) Laurence Herzberg, responsable del sector multimedia de la Agrupación de museos nacionales (RMN). Y es que el mercado de estos discos tiene sus trabas: todavía son relativamente caros y normalmente son más difíciles de leer y usar que el papel impreso. A esto se añade que tal vez no funcionen en Francia más de un millón de ordenadores con lector de CD-ROM, que algunas ediciones de los compactos tienen errores de fabricación, y no pocas causan problemas al ordenador del usuario. Las quejas de los clientes han obligado a las casas editoriales a verificar más cuidadosamente sus productos, a poner a disposición de los compradores un servicio de asistencia telefónica y a reponer los productos defectuosos. Por su parte, la cadena comercial Fnac ha creado su propio departamento de control de calidad de los CD-ROMs.
Pocos productos multimedia son rentables como lo ha sido el CD-ROM sobre el Louvre (ver servicio 134/95). Pero en la última feria de Frankfurt se vio que hay grandes editoriales -Putnam, Times Mirror, Harper Collins o Penguin- empeñadas en abrirse camino en el soporte informático. El año pasado, en el Salón del Libro electrónico de Cannes (Milia) participaron 3.217 empresas de 51 países, lo que supone un incremento del 37% respecto a 1995.