EE.UU.: también los grupos religiosos pueden reunirse en las escuelas públicas

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El Tribunal Supremo de Estados Unidos acaba de dictar una sentencia que prohíbe a una escuela pública de Milford (Nueva York) negar el acceso a sus instalaciones a un grupo cristiano de estudios bíblicos fuera del horario escolar. La decisión fue aprobada por 6 votos a favor y 3 en contra.

En 1992, la única escuela pública de Milford aprobó una «Política de uso para la comunidad» que permitía a los clubes y asociaciones del municipio utilizar las instalaciones escolares para realizar actividades sociales, cívicas o recreativas. En 1996, un grupo cristiano del Good News Club (GNC) decidió trasladar sus reuniones, que celebraban en la iglesia local, a la escuela. Pero esta denegó el permiso diciendo que el GNC no solo era un club de debate de cuestiones morales, sino que también daba instrucción religiosa. La escuela justificó la negativa con una ley neoyorquina que prohíbe siquiera la apariencia de promoción del culto religioso o de una religión particular en las escuelas.

El grupo acudió a un tribunal de apelaciones de Nueva York alegando que la libertad de expresión reconocida en la Primera Enmienda de la Constitución no permitía a la escuela prohibir la entrada al grupo simplemente porque enseña moral y valores desde una perspectiva cristiana. El tribunal dio la razón a la escuela, pero como un tribunal de San Luis había dictado lo contrario en favor de otro grupo del GNC, el Tribunal Supremo se hizo cargo del asunto.

El GNC es un grupo evangélico que se dedica a la oración y al estudio de la Biblia con niños de 6 a 12 años. De los 4.622 grupos que hay en el país, 527 se reúnen en las escuelas públicas una vez que ha terminado la jornada escolar.

La sentencia del Tribunal Supremo ha aclarado que el derecho de los grupos religiosos a recibir el mismo tratamiento -ni mejor, ni peor- que otras organizaciones no significa promocionar la religión. En cambio, prohibir el uso de instalaciones públicas al GNC solo por su ideario es una forma de discriminación religiosa, una violación de la libertad de expresión y una traba al libre ejercicio de la religión que garantiza la Primera Enmienda constitucional. Por otro lado, según el Tribunal, los escolares no sufren ningún tipo de presión, ya que solo participan en el grupo quienes tienen permiso expreso de sus padres.

En otros casos, el Tribunal Supremo estadounidense ha defendido el derecho a que una asociación de padres cristianos proyecte películas después de la jornada escolar o el de una asociación de estudiantes cristianos de la universidad de Virginia a recibir subvenciones para sus actividades, igual que las demás organizaciones.

Con el mismo fundamento que la sentencia del Tribunal, el Senado acaba de aprobar una enmienda a una ley de enseñanza para retirar los fondos federales a los distritos educativos que niegan el uso de las instalaciones escolares a los Boy Scouts solo porque la asociación no admite homosexuales en sus filas (International Herald Tribune, 15-VI-2001). La medida recoge la doctrina del Tribunal Supremo en una sentencia del año pasado, que reconoció el derecho de los Boy Scouts a negar el ingreso a homosexuales (ver servicio 97/00).

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